Propaganda para ancianos o gente descartable
Luis Antonio Bolaños de la Cruz
Basado en las sensaciones de obsolescencia que con frecuencia me devastan en el último par de años, y tras la lectura de un poema de Adriana Alarco, he trazado una prospectiva tecnológica, la he colisionado con mi inminente conmoción por ingresar a mi séptima década y luego cosido a través de dioramas de algunos de mis artistas favoritos y reflexiones de vejete.
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Discurso aleccionador para publicitar dermomemorias reservadas a cuerpos de recambio o para aquellos que han acumulado excesivas existencias (Lectura promocional de holotanque mòvil con velocidad de difusión reducida - tiempo máximo: 30 segundos)
Una voz cascada y cansina empieza: Describiré como me siento y usted podrá aconsejarme: Imagen de un torso fornido cruzado por volutas violetas que colisionan contra él y lo lesionan, se cubre de equimosis, cardenales y manchas lívidas, un cierto deterioro es palpable, transita raudo a resto arqueológico de la época grecorromana, descascarillado y deslucido.
Otra voz clara y precisa enumera: Reescribo mi memoria una y otra vez, altero los recuerdos, avanzo como un jabalí hozando en el humus o cual proboscídeo desbrozando ramajes, y es evidente que dejo una huella sobre mis propios surcos cerebrales y mi propia selva de reminiscencias. (Como reforzamiento hábitats del pleistoceno son reproducidos)
Hay intentos de mis avatares, remanentes del último tratamiento antienvejecimiento, por evitar que segmentos seleccionados que acumularon momentos de especial nobleza y belleza sean devastados, en ocasiones logran salvarlos, en otras son derrotados por esas otras fases de mi mismo encarnadas en los cuerpos macizos y devastadores de la pre-demencia senil, aquellos que se amparan quedan como relictos o museos hasta el próximo período de devastación que igual puede demolerlos, no hay garantías de permanencia por acumulación de tiempo. Imagen: Gráciles y enjutos arqueros elfos volando en grifos se enfrentan a macrorobots provistos de láseres.
A pesar de los nanocomponentes insertados mediante terapias de mantenimiento en las circunvoluciones cerebrales para salvaguardarlas, como los períodos de repetición de las incesantes modificaciones son arrítmicos –cual subproductos de la acumulación de peripecias y anomalías del devenir y de la deriva existencial-, decaen en sus predicciones y acciones para preservar la salud, así que no se puede confiar en permanencias ni robusteces. Por eso, hasta el mismo terreno de la retentiva se perturba con frecuencia y declina o se desintegra. Mientras suenan las frases gráficos de Judson Huss se suceden: Alfa & Omega, Historia Natural, Monumento, Palabra, Ultimo Pájaro, Vals de los Fósiles.
En ocasiones, una vibración o un grito que llegan -generados por el aparente vacío social en que moramos, con frecuencia abandonados, o de la ira que nos embarga por la impotencia ante las crueldades de su estructura-, pueden desmantelar vastas llanuras de evocaciones o hacer desplomarse laderas completas de remembranzas, entre las ruinas destellan esquirlas aún reconocibles de lo que se pierde, pero la hemorragia es tan vasta, el desangrarse tan agotador, que aceptamos un pacto con lo intrascendente, una alianza con lo letal… y seguimos adelante, mezclando los niveles, amalgamando las dimensiones, licuefaccionando lo que atesoramos y removiendo detritus, para poder armar nuevos diagramas y acumular otros tesoros que vibren en resonancia con los extraviados en los meandros infinitos del pasado, apenas de tenue identificación. Acompañan al texto composiciones escherianas con mínimas variaciones: volcán que emerge del océano desde un àngulo y un eclipse que avanza en diagonal desde el contrario, en un extremo el eclipse se traga la lava, en el otro la erupción barre con el proceso de ocultamiento.
Y a nuestro pesar, siempre grávidos, explotando en virulentas derivaciones, creando a pesar de negligencias y perezas ocasionales, formidables alternativas que apenas vislumbradas se hunden en astillas multicolores de las cuales brotan rimeros de imágenes dignas de encomio y preñadas de referencias múltiples. Contextos borrosos o luminosos, pléyades de ganchos reversibles en cada situación, y cuando creemos organizar una pared o sección comprendemos en un lampo doloroso que apenas si hemos mordido la superficie de la comprensión o empezado una ingente tarea de subversión permanente que advierte que más útil será lo levantado entre más raudos lo arrasemos. Imagen: Flores de loto crecen unas sobre otras devorándose en mutua orgía, cambiando de colores, siempre refulgentes.
Nos movemos entre rutilantes vómitos repletos de artefactos de geometría difusa, láminas evanescentes de figuras, vislumbres de pubis y campanas y otros instrumentos musicales, de salpicaduras de babas fisiológicas, y las cascadas atruenan las bóvedas de almacenamiento y aunque sabemos que tienen límites nunca se atiborran gracias al proceso de transmutación, y aquello que era colosal se hace diminuto y viceversa, a las iluminaciones trascendentes que nos inundan de explicaciones se suceden los cercenamientos fecundos, aquellos donde cada gota de sangre origina una flor-mujer, un insecto metálico, un caparazón de nautilus, un tafanario glorioso, un fractal reverberante: vocablos desfilan acompañadas de dibujos de Flower Fairy (Boris Vallejo), langostas de Tim White, gasterópodos de Michael Wheelan, nalgatorios de Serpieri, mandalas…
Y entonces percibimos la claridad perforada por el choque emocional, la amnesia como el poderoso dorso por donde corre tumultuoso el torrente cotidiano de aconteceres, las cadenas de olvidos que se envuelven cada vez más abarcadoras sobre los estalactitas donde anclan los mecanismos de las remembranzas , van drenando al alma de sus significados, de las asociaciones libres y de las sujetas a contexto y nos empujan al borde de la anoxia espiritual… y como duele cuando en el periplo postrero podemos retornar por un segundo a la saciedad de los momentos plenos. Imagen: Una catedral inmensa visionada a la manera de Jacek Yerka como una concha de caracol plagada de orificios, a través de los cuales ingresan y se dispersas nubes de origamis con forma de manos aladas.
Una voz sedosa y con matices seductores culmina: Claro que existen soluciones: embuta suficientes biomemorias adicionales en su dermis, conéctelas entre si y con su sistema nervioso central y tendrá la posibilidad de gozar de la experiencia más enriquecedora que jamás haya sentido superando esa sensación de vejez que lo atosiga. Imagen: Logo de la empresa con el costo e icono de transferencia para entrega e inserción inmediata mientras usted se desplaza.
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