La torre de la soledad
Valerio Massimo Manfredi
El texto de la contraportada de esta edición no podía ser más atrayente: hace unos dos mil años, un grupo de soldados romanos busca en el desierto del Sahara un lugar mágico, una siniestra torre que desata fuerzas no humanas que aniquilan al destacamento, excepto a uno de ellos, quien dejará las claves para la ubicación de dicho lugar en su residencia de Pompeya. En 1930, el arqueológo Philip Garrett buscará esta torre, al tiempo que tratará de hallar a su padre, desaparecido hace mucho tiempo. Mientras tanto, Guillermo Marconi (si, ese Marconi, el inventor de la radio) ha sido llamado por el Vaticano para construir un aparato capaz de captar ondas de cierta frecuencia, que provienen del espacio exterior, y que parecen concentrarse en el mismo lugar donde podría hallarse la Torre de la Soledad. Pero no es fácil llegar a ella, pues según las leyendas, la resguardan los blemios, seres a quien la tradición atribuye la carencia de rostro. Además, hay un pueblo del desierto que busca la torre para sus propios fines...
Hasta ahí lo interesante. Por que Valerio Massimo Manfredi se da maña para convertir la promesa de una aventura por demás desafiante y llena de misterio en una sucesión de persecusiones e intempestivos cambios de escenario, que uno no puede precisar a veces cuando comienza y cuando termina determinada secuencia. Eso si, el autor ha sabido evitar ciertos clichés, como el de los nazis ocultistas o los latinos tontos, aunque el héroe sigue siendo de origen anglosajón. Son de apreciar también las referencias a tradiciones y mitologías como la etrusca y hebrea, constituyendo este aspecto lo más interesante de la novela, el punto fuerte en el cual debió asentarse su desarrollo: el enfrentamiento entre ciencia y religión. ¿Tienen una explicación natural los fenómenos que ocurren en torno a la Torre de la Soledad? ¿Son el producto de una civilización avanzada que un día tuvo su lugar bajo el sol? ¿O realmente se ha dejado sentir "el puño de Dios"?
Lamentáblemente, el autor desperdicia este rumbo que en modo alguno habría dificultado el desenvolvimiento del resto de la novela, esto es, la parte aventurera, con sus buenos y malos, la chica bella y misteriosa, sus tierras de leyenda, los deus ex machina que a uno lo hacen sonrojar (¿realmente uno puede encontrarse con amigos en cualquier parte del mundo? ¿pueden unos monjes vivir milenios ignorando la existencia de una habitación secreta en su monasterio, la cual el visitante extranjero encuentra a la primera oportunidad?).
Con todo, el lector no deja de pasar un rato entretenido (aunque hay que poner mucho empeño en no perderse el hilo de la trama) con La torre de la soledad, siempre y cuando limite sus espectativas a la lectura de una novela de aventuras cuyo pretexto es un misterio fascinante pero cuya solución resulta insatisfactoria.
Daniel Salvo
Daniel Salvo
hola Daniel como estas? espero qu eleas esto, queria abrsi habias leido el cuento de Manfredi llamado La Carretera y me gustaria aber tu opinion,aparte que el final no lo entiendo comete un par de errores, no sé si amparado en la licencia poetica,pero al parecer la accion transcurre en el año 93 y alli sale internet bastante avanzado, camaras digitales y mnciona la pelicula matrix,saludos!!
ResponderEliminarMe parece o le faltaron 2 o 3 capitulos a este libro (al final).
ResponderEliminarSi a mi me pareció lo mismo el final quedó totalmente inconcluso
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