miércoles, 30 de enero de 2013

La medición del mundo (Daniel Kehlmann)


Es increíble lo que se puede conseguir en un remate de saldos. Una novela histórica cuyos protagonistas son, por una parte, el matemático y astrónomo alemán Carl Friedrich Gauss (genio precoz, halló la suma del número 1 al 100 de una manera asombrosamente sencilla), quien además postuló la noción de que el universo era "curvo". De otra parte, dos personajes que no son ajenos a la historia del Perú: Alexander von Humboldt y su compañero de expedición, Aimé Bonpland (injustamente relegado al mero papel de "acompañante" de von Humboldt).
La vidas de los tres personajes son narradas, afortunadamente, con mucho humor y poca solemnidad, lo que no impide al autor lograr comunicar al lector la "sensación de maravilla" que podrían experimentar los personajes al realizar un descubrimiento ya sea en lo más profundo de una cueva pletórica de vida cuya descripción parece completamente alienígena, o en lo más abstracto de las conjeturas matemáticas, cuyos cálculos interrumpen, entre otros acontecimientos, la noche de bodas de Gauss.
Otra sensación muy lograda es el impacto que el choque de culturas produce entre los protagonistas. Humboldt y Bonpland discuten, por ejemplo, en torno a la existencia o no del humor alemán, mientras los pies de ambos son comidos por las niguas (detestable insecto que pone sus huevos entre los dedos de los pies). O su inútil empeño de darle la libertad a unos infelices esclavos que "compran" para tal propósito. Mientras, las conmociones políticas que caracterizan la época (la primera mitad del siglo XIX)  juegan también un papel importante, permitiendo el encumbramiento de unos y la ruina de otros, pero en última instancia, y no en todo el mundo, a favor de la ciencia y el conocimiento.

Daniel Salvo

El amante de Irene... en e-book










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jueves, 24 de enero de 2013

Borges, Bradbury y Stapledon



Durante los años ochenta, tuve la suerte de conseguir una edición de la prosa completa de Jorge Luis Borges. Eran cuatro tomos en bolsillo, publicados por la desaparecida editorial Bruguera. Al fin pude leer textos tan caros y afines a la ciencia ficción (¿o  acaso no lo son?) como El inmortal, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, Utopía para un hombre que está cansado, El informe de Brodie y There are more things... Sin menoscabo de su profunda y exquisita ensayística en torno a temas tan variados como la eternidad, el tiempo y la divinidad.
Pero además de esta prosa, estaba un Borges poco conocido (al menos, para mi), que también había prologado obras de culto para el aficionado a la ciencia ficción. Una de ellas, las Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, cuya edición por parte de la editorial Minotauro se puede adquirir con relativa facilidad, incluyendo el prólogo de la referencia.
Con el transcurso del tiempo, tuve la mala fortuna de perder los cuatro tomos de la prosa borgeana, cuya diagramación y demás detalles propios de una buena edición había llegado a vincular a mi vida. Así estuvieron las cosas hasta fechas recientes, cuando al fin se volvieron a publicar, no solo la prosa, sino la obra completa de Borges, añadiendo al placer de la lectura de sus ficciones, ensayos y reseñas, el de otras obras publicadas con posterioridad a sus escritos más populares, además de sus poemas, de los que he llegado a disfrutar (con mucha emoción) El golem y Spinoza.
En fin, un alma compadecida de mi nostalgia ha tenido a bien obsequiarme las Obras Completas de Jorge Luis Borges, que apenas estoy apreciando. Y me encontré con otras joyas: comentarios de Borges a La última y la primera humanidad y  Hacedor de estrellas del maestro Olaf Stapledon.
¿Qué sorpresas habrá en lo que aún quedar por leer (y releer) de un genio como Jorge Luis Borges?
Ojalá me alcance la vida para descubrirlas.

Daniel Salvo

miércoles, 23 de enero de 2013

Un viaje a Sfanomoë (Clark Ashton Smith)



La prosa de Clark Ashton Smith, a la que pude acceder en el cada vez más remoto año 1982, en plena adolescencia, es una de las más alambicadas, retorcidas y hermosas que hay podido disfrutar. Sus historias se ambientan en ámbitos tan maravillosos y exóticos como pueden serlo los continentes perdidos de Atlántida o Poseidonis, el país medieval de Averoigne o el más improbable futuro de la Tierra que se pueda imaginar: Zothique, el último continente, iluminado por un sol envejecido y al cual, tras el fin de las ciencias, han vuelto antiguos demonios y hechicerías. ¿Ciencia ficción o fantasía? Vaya uno a saber. En todo caso, igual las historias seducen al lector como auténticos y decadentes embrujos sin tiempo...
Un viaje a Sfanomoë (vaya uno a saber cómo se pronuncia eso) nos muestra a un Clark Ashton plenamente involucrado con la ciencia ficción, aunque muy a su manera. Los protagonistas son dos geniales inventores pertenecientes nada menos que a la civilización atlante, cuyo nivel tecnológico los ha llevado a descubrir tanto la energía atómica como el viaje espacial. Pero todo tiene sus consecuencias, y para el caso, esta gama de descubrimientos será la causa de la condenación de la Atlántida, destinada a sumergirse en el oceano tras un aterrador cataclismo. Los protagonistas, sabedores de este triste destino (que, por cierto, se toman con mucha filosofía), aunan sus conocimientos para construir una nave espacial que los libre de la destrucción final, fijando el rumbo al vecino planeta Sfanomoë, que posteriormente será conocido como Venus. Tras una larga travesía interplanetaria, arribarán a un planeta pletórico de vida vegetal, de atmósfera diáfana y perfumada, aparentemente ideal para sostener la vida humana...
No quiero arruinar la sorpresa del final revelándolo, simplemente diré que la belleza más esplendente puede ocultar la más atroz y definitiva de las trampas, la muerte definitiva, sin perder un ápice de su encanto.
Y ese fue el fin de los últimos atlantes. No para llorar, pero si para elevar un brindis en su memoria... con un vino de Zothique, por supuesto.

Daniel Salvo

jueves, 10 de enero de 2013

E-BOOK: LA HIJA DEL MAR (DANIEL SALVO)



Inicio este 2013 con la expectativa de publicar por lo menos una historia cada mes. Para el presente caso, y estando en temporada veraniega, un cuento ambientado en un puerto pequeño y carente de comodidades, pero lleno de misterios, y acaso de horrores. Un homenaje al maestro H. P. Lovecraft. Y desde ya, un agradecimiento a la editora online Smashwords, un verdadero ejemplo de ayuda para la edición, publicación y distribución de e-books, desde la cual pueden bajar el cuento GRATIS en el formato que mejor les acomode (MOBI para el Kindle, ePub para la tablet o e-reader, RTF para el procesador de textos en su PC, PDF o HTML  para el smartphone... Ideal para leer en la playa. Disfrútenlo.

Daniel Salvo