viernes, 1 de octubre de 2010

Entrevista a Carlos Enrique Saldívar, por Luis Torres



Una mirada profunda hacia lo intangible: A propósito del libro Historias de ciencia ficción:





«Toda buena literatura debe dejarte marcas imborrables en la mente»

Entrevista a Carlos Enrique Saldivar

Por Luis Torres


L. T.: Conozco casos de gente que escribe muy buena poesía y, sin embargo, han leído poco de ese género, más «consumen», por ejemplo, narrativa; son casos atípicos, lo sé ¿Es ése el tuyo? ¿De qué fuentes está nutrida tu literatura? ¿Cuál es tu canon personal?

C. E. S.: Reconozco que no soy un «gran lector» de poesía, aunque sí me considero un «buen lector» de la misma. Hago la diferencia: Prefiero siempre un libro de buena narrativa, ya sea cuentario o novela, a un libro de poesía que, probablemente, no me llenará la mente y el alma como se debe. Esto tiene una explicación muy sencilla, se produce mucha lírica en el Perú y hay muy buena calidad respecto de este arte, pero también hay poemarios de escasa valía por lo cual el lector debe orientarse de un modo casi intuitivo a fin de encontrar un buen texto poético en el mercado. Leo poca poesía pues son muy exigente con este género en cuanto a los cuadernos y a los autores que podría leer. No obstante, cuando me sumerjo en un libro de buena poesía, generalmente logro captar los códigos, los símbolos y la fuerza que el autor intenta imprimir en su obra. Sé leer poesía, sin embargo restrinjo mis lecturas poéticas al máximo. Y, generalmente, cuando leo algún poemario, el método que aplico es el indicado. Cojo el libro y disfruto del lenguaje de a pocos. No es como leer narrativa, donde siempre deseo encontrar un argumento palpable, que me cuenten una historia. Leo mucha narrativa, todos los géneros, todos los autores que me recomienden, etc. Y, puedo asegurarlo, la poesía que más me gusta (cito a Antonio Machado, Juana de Ibarbourou, Carlos Germán Belli) ha influenciado decididamente en mi estilo literario. Se trata de mezclar un poco la poesía con la prosa para obtener un efecto de ensueño en el relato, que funciona muy bien por la brevedad del texto y que, en la ciencia ficción que hago, consigue resultados apropiados, despierta el sentido de maravilla y emoción que debe tener todo buen cuento de fantasía científica. Ya no es tan solo qué cuentas, sino cómo lo cuentas. Atrapas al lector con un lenguaje bien acabado y, de paso, le narras un relato asombroso. Hay quienes no soportan las historias demasiado increíbles, pero sí admiran la correcta elaboración estética de un texto. La influencia de la poesía en la prosa se da mucho, sobre todo en la literatura peruana, ya se de corte realista o fantástico. Respeto muchos a los que escriben poesía, en el Perú hay un buen nivel con respecto a este arte y excelentes poetas. A mí siempre me ha gustado escribir poesía, desde niño. Aunque no me considero buen poeta, he logrado juntar mucho material en algunos poemarios aún inéditos, los cuales, estoy seguro, permanecerán guardados por muchísimo tiempo o, tal vez, para siempre.

Mi literatura se haya nutrida, como ya he mencionado, de diversas lecturas que van desde el realismo mágico a todas las etapas de la ciencia ficción, desde lo más clásico a lo actual. Cuando dije «leo todos lo géneros», me refiero a todos, incluyendo el western o los relatos románticos, de alguna manera esto influye en las historias que escribo. Aunque debo decir que los géneros de fantasía, misterio, terror, acción y ciencia ficción son los que más han calado en mí durante estos últimos años, en los cuales he logrado redactar mis mejores relatos (los publicables). Esto se debe a que me divierto mucho escribiendo estos géneros, puedo desbordar mi imaginación y mi estilo literario al límite, sobre todo con la fantasía y la ciencia ficción, donde puedo incluir mucha poesía, experimentar con el lenguaje, dar a conocer mis propias opiniones con respecto del mundo que me rodea, hacer críticas duras a ese mismo mundo, extrapolar ideas, plantear teorías, filosofar, observar, deconstruir, discernir, etc.

Todo texto que leo influye en mí, creo que toda buena literatura debe dejarte marcas imborrables en la mente. Mis gustos literarios son diversos, si te menciono autores, llenaría varias páginas y ya me extendido demasiado con la respuesta a esta pregunta, solo te diré que mis intereses van desde los romances intensos de Francois Sagan hasta las realidades descompuestas de Philip K. Dick, desde los mundos terroríficos de Stephen King o Dean R. Koontz hasta el realismo intrínseco de un Manuel Puig o el realismo policial de un John D. MacDonald. En definitiva, en algún momento de mi vida escribiré algo de cada género y esto me parece algo bueno. Porque me gustan todas las corrientes literarias, porque he sabido dar su lugar a cada cosa en su momento, porque me gusta crear en base a todo tipo de ideas, desde las más desquiciadas hasta las más comunes y porque todos los registros y temas me apasionan. Para terminar este punto hago una pequeña confesión: Soy un excelente lector de narrativa, demasiado concesivo con los autores, demasiado «lector ideal». Véase la ambigüedad de la afirmación.

L. T.: ¿Por qué escribir un libro de CF dentro de la actual coyuntura? Dentro de las conmociones políticas, sociales y económicas que no aquejan sólo a nuestro país, sino a escala mundial. ¿Es una forma de eludir la realidad? ¿O has querido dar algún mensaje en tus cuentos con respecto a esos temas?

C. E. S.: Creo que cuando un escritor deja de «sólo» escribir para sí mismo y empieza a dirigirse a un público determinado enfoca sus relatos de dos formas:
1.- Intenta dar a conocer la realidad que le rodea de una manera muy parecida o muy diferente e
2.- Intenta dar a conocer su propia realidad.
Con la ciencia ficción uno puede mezclar ambos niveles de la narrativa y fusionarla con cualquier otro género, ya sea la novela política, el policial, el horror, el romance, etc. Siempre he tenido una opinión muy pesimista del mundo que nos rodea, de los líderes que tenemos y hacen todo mal, y del futuro incierto hacia el cual nos dirigimos. No es que quiera plantear que el futuro será así, como lo retrato en mis relatos, pero ese podría ser el final si continuamos siendo como somos: unos despreocupados. Los que administran el planeta y los administrados somos igual de culpables por la caída en picada que sufre nuestro hábitat. Muchas veces un cuento de ciencia ficción puede confundirse con un cuento real, notemos que muchas distopías se van haciendo realidad, y también muchos desastres naturales y artificiales, muchos avances tecnológicos, algunos acertados, otros nocivos. No, mi propuesta no es una forma de eludir la realidad. Todo lo contrario. Es una manera de abrir los ojos al lector y que éste se de cuenta de cómo es el mundo en el cual vive. Tampoco he querido dar mensajes. Simplemente he decidido dar una imagen de la humanidad tal cómo creo que es (según mi punto de vista) o tal cómo podría llegar a ser. Si es terrible o grotesco, no es problema mío, yo soy un mero corresponsal de este todo. He decidido retratar el mundo, aunque no sé si lo he conseguido. La diferencia con una propuesta realista es que lo he hecho desde varias perspectivas: he utilizado la anticipación, la fantasía, la humanística, etc. Una amiga me comentó que mi relato Volar como los pájaros, que junto a El llanto celeste, resulta ser uno de los más fantásticos del libro, tenía que ver mucho con la migraciones, la división en países de razas, creencias, las leyes que permiten esa encarcelación de seres vivientes, y los castigos que pueden recibir si transgreden esas leyes, la muerte, por ejemplo. ¿Dónde esta la fantasía, dónde la evasión? Es un cuento fantástico, claro, con ciertos mecanismos de la ficción especulativa, pero, en verdad, es una cruda observación de la realidad política mundial. El llanto celeste, donde aparece el planeta Tierra hablando en primera persona, haciendo las veces de mujer maltratada por la humanidad a la que perdona una y otra vez sus constantes vejaciones, ¿no es acaso una representación de un fragmento de la humanidad? Sí, de los que soportamos la irracionalidad de los líderes políticos, de las corporaciones, de las malas empresas, etc. Aquí no niego la realidad, todo lo contrario, la dibujo de otra manera y la doy a conocer para que el lector entienda de algún modo cómo es el mundo catastrófico en el que vive. Y pido perdón por asustar de este modo, pero lo expuesto es algo que todos sabemos y que pocos queremos admitir.

L. L.: Hay algo en «Historias de ciencia ficción» que me tiene intrigado: en los cuentos El Sedimento, Pena y el que cierra el libro, Y todo final es un nuevo principio, se encuentra el tema de la destrucción de algún planeta y de dos o un «ser» que logra sobrevivir. ¿Por qué en tres cuentos contar básicamente la misma historia, naturalmente, con matices? ¿Lo hiciste adrede? ¿O fue algo, tal vez, impensado?

Fue algo impensado. No lo noté hasta que comentaste (cierto día) que en varias historias se repetía el tópico del fin del mundo. Este aspecto me parece interesante, el fin del mundo es un tópico de la ciencia ficción y es algo que eventualmente sucederá, ya sea de manera natural o por acción del hombre. La balanza está actualmente inclinada para lo segundo. En manos de algunos países existen bombas que, de solo explotar una de ellas, podría extinguir la vida en el planeta de manera total, de modo que no es broma. En mi libro, los cuentos que mencionas hablan sobre el fin de la civilización, ya sea por algún error humano, un ataque extraterrestre, un orden natural, etc, aunque, en realidad, hay tres cuentos más que hablan sobre lo mismo: Mensajero del Apocalipsis, El llanto celeste y La casa nave, entonces serían seis cuentos que tocan el tema del fin del planeta Tierra, la mitad del libro. El hecho de que uno o dos hombres puedan sobrevivir, regenerarse, resucitar, viajar a otro plano, etc, forma parte de mi yo optimista, creo que siempre hay que mantener una esperanza frente a la inminente catástrofe. Es cierto, siempre he desconfiado de la estupidez humana, no obstante también creo con firmeza en la inteligencia y en el buen uso de las capacidades. Lastimosamente, como puedes ver, en los cuentos son sólo uno dos personajes los que hacen la diferencia.

La verdad, cuando escribí cada uno de estos cuentos lo hice en desorden, sin pensar que alguna vez los reuniría en un libro. Lo hice por diversión, por arte, por convicción, y sólo pensé en juntarlos dos meses antes de que el texto se publicara. Creo que sí, el tema del fin de la humanidad es una constante en lo que escribo (tengo más cuentos sobre el tema) y seguirá siendo una constante mía en el futuro, recuerda, no estamos muy lejos de eso. Pero como tú mismo mencionas hay matices, siempre hay una historia diferente alrededor del mismo tema, de esta manera el lector podrá disfrutar del libro sin ningún problema teórico o analítico que pueda entorpecer la lectura. No se hallará una quisquillosa repetición temática, ni nada por el estilo. Digamos que lo que originó el resultado final de mi libro fue el azar, los doce relatos estaban destinados a ser los que conformaran el volumen y me siento muy satisfecho por ello. Soy un tanto místico con los asuntos literarios, aunque al mismo tiempo, práctico.

L. L.: Sé que construir, elaborar un libro, es cosa trabajosa y satisfactoria. Con respecto a lo primero, ¿cuánto tiempo te llevó componer el libro? Y a lo segundo, ¿qué te motivó para publicar? ¿Qué esperas de la crítica, del público de a pie? ¿Qué deseas despertar en las personas con los temas tratados en tu libro?

C. E. S.: Bueno, respondiendo a lo primero, son relatos escritos entre noviembre de 2002 y enero de 2008 y, como ya te mencioné, escribí cada relato de manera independiente, sin pensar en que éste se iba a publicar en un volumen. Pensé, en primera instancia, en publicar los cuentos en revistas del género y así lo hice, tengo de esta manera algunos relatos publicados en la revista que dirijo: Argonautas, otros publicados en revistas de la web: Ciencia Ficción Perú y Velero 25, cinco cuentos en total y uno seleccionado ya para la revista MiNatura de Cuba y España. De modo que, te soy sincero, hubo trabajo, pero básicamente no lo sentí hasta el momento de la corrección que fue mínima pues los cuentos ya publicados estaban en su versión definitiva. Como ya te he mencionado, me divertí mucho escribiendo todos los cuentos e incluso corrigiéndolos, aunque siempre había errores y por momentos la corrección se hacía tediosa. No recurrí a ningún corrector de estilo por razones económicas. Cosa curiosa, encontré uno que me daba un buen servicio a poco precio cuando mi libro ya estaba en imprenta ¡rayos! Por eso se han colado algunos errores. Sin embargo, toda experiencia positiva o negativa me sirve para el futuro. He aprendido mucho publicando este libro y he crecido como escritor y como persona. Opté por la edición de autor debido al exorbitante precio que me proponían las editoriales independientes y ni hablar de las editoriales importantes. Aún estoy en un proceso de formación y aprendizaje, no obstante puede que algún día dé el gran salto. No me arrepiento de publicar el libro, casi nunca me arrepiento de nada de lo que hago. Tomé la decisión adecuada, el tiraje no fue elevado, pero fue básico y ya casi he agotado la edición.

Tengo muchos relatos de diversos géneros que pienso ordenar para crear cuentarios, todo lo tengo fechado (soy muy ordenado en eso) y hasta el momento solo poseo dos libros de cuento que escribí en conjunto, pensando en que serían libros. Espero publicarlos muy pronto. No obstante, a veces resulta interesante escribir textos en desorden y después recopilarlos. Ambas opciones son válidas y muy estimulantes.

Decidí publicar este libro por las mismas razones que decidí publicar mi revista Argonautas en el año 2006, por el afán de formar parte del enorme conglomerado literario de mi país y de otros lares. Por dar a conocer géneros muy poco explorados por los autores y lectores en la cultura peruana. Para demostrar que la lectura puede ser todo menos aburrida y… para liberarme, sí, tengo mucho material inédito que pide a gritos salir a la luz, de este modo iré publicando todo lo que pueda en el futuro. Me interesa difundir el género de ciencia ficción, sobre todo, por eso decidí que mi primer libro ahondara en el género y tocara algunos de sus temas. Mi padre me apoyó mucha con esa decisión y me brindó el empuje psicológico que necesita todo escritor para comprender que sus relatos pueden ser leídos y gozados por otros seres humanos aparte de él mismo.

No espero mucho de la crítica, al menos no de la crítica de mi país, todos sabemos como funciona este tema. Aunque tampoco me cierro ante la oportunidad de que mis escritos sean estudiados y comentados, porque al menos lo segundo se ha hecho y mucho. Si espero algo tangible, es por parte de los lectores que son la fracción de mundo que más me interesa. Espero que puedan disfrutar mis relatos tanto como yo gocé escribiéndolos y que puedan adentrarse en la ciencia ficción si es que no la habían leído antes. De esta manera se logrará romper con la mala fama que se le ha dado a este maravilloso género literario. También espero que los aficionados a la fantasía científica, que tengan la oportunidad de adquirir mi libro, puedan añadir mi propuesta a sus lecturas y a su lista de escritores. Además deseo que puedan descubrir de qué va el género hoy en día. Por último, espero que el público en general se dé cuenta de que la ciencia ficción, lejos de extinguirse, está mutando hacia un estilo más artístico, más contemporáneo y más respetado por las nuevas generaciones.

L. L.: Si en la década del 90 prevaleció la «literatura maldita-Bukowski» –con excepciones, por supuesto–. ¿Crees que ahora hay un surgimiento de nueva narrativa a nivel general? En caso que así lo consideres, ¿qué lugar crees que tiene o debería tener la narrativa de ciencia ficción en la actualidad?

Si, tienes razón y, a decir verdad, me gusta mucho el realismo sucio. O me gustó mucho en su momento, fue un género que consumí en mi adolescencia. Te hago un pequeño comentario respecto de dicha corriente: La considero muy difícil de escribir, aunque muy sencilla de asimilar cuando se lee. Si, creo que han resucitado nuevas tendencias en el ambiente literario peruano. La fantasía sobre todo y, por supuesto, la ficción científica. Recordemos que hemos tenido ciencia ficción desde la época de Julio M. Del Portillo, en el siglo XIX, luego tenemos a Clemente Palma (que también tiene una novela de ciencia ficción: XYZ) y Abraham Valdelomar con el cuento El círculo de la muerte, pero siempre ha habido fantasía y ficción especulativa, recordemos la etapa de las primeras revistas de literatura en la época de Mariátegui y toda esa gente fantástica: Ángela Ramos, Mario Chabes, Alberto Hidalgo, María Wiesse, César Vallejo, Gamaliel Churata, etc. A mediados del siglo XX, lo fantástico quedó frenado por el indigenismo, luego por el realismo urbano hasta los ochenta. En los noventa creció con furia el cuento y la novela de violencia política como forma de responder a un sistema de represión inadecuado, al terrorismo, a la problemática social, etc. Esto provocó la creación de una nueva corriente literaria en el Perú, que todos los que quieren llegar a ser buenos escritores practican —con poco o gran interés— porque la crítica lo ha dictaminado así: «Si no escribes sobre Sendero entonces no vales como escritor, enfócate en el tema político para que se venda tu texto». Esto es una ridiculez y, por ende, esta temática se halla demasiado manoseada. Felizmente, poco a poco, va quedando relegada. Lo fantástico va renaciendo (porque en el Perú siempre hubo fantasía), y va ocupando un lugar preponderante en la Literatura Peruana, como debe de ser. Así tenemos la labor del escritor José B. Adolph, que en 2008 se despidió de nosotros, aunque sus obras nos siguen fascinando. Tenemos en la actualidad a José Güich Rodríguez, a Daniel Salvo, administrador de Ciencia Ficción Perú, a Pablo Nicoli, respetado escritor arequipeño, a Carlos Calderón Fajardo, Enrique Prochazka, José Donayre Hoefken, Tanya Tynjälä, Enrique Congrains Martín, Adriana Alarco de Zadra, Yelinna Pulliti, Pedro Félix Novoa, Alexis Iparraguirre, Carlos Gallardo, entre tantos otros. Además, como director de la revista Argonautas, soy testigo de la enorme influencia que tiene la fantasía en los jóvenes autores, en edades que van desde los quince hasta los veintinueve años. La fantasía es un género que funciona muy bien en todos lados, en los talleres de creación literaria, en la minificción, en la poesía, en la música, en las películas. A la gente le gusta la fantasía y la ciencia ficción y si alguien dice que no es así es porque nunca ha consumido ambos géneros de manera apropiada. ¡Si hasta Mario Vargas Llosa en su novela Elogio a la Madrastra tiene un cuentito que bien puede enmarcarse dentro de dicho género! Hay un rebrote nacional y mundial de ciencia ficción y fantasía, eso no hay que dudarlo y, por supuesto, está muy bien que sea así.

La ciencia ficción podría ocupar un lugar importante en la cultura peruana. Debería hacerse conferencias respecto de esta temática en los colegios, debería proponerse como materia de estudio en los centros de educación superior. En otros países se siguen estas metodologías, pero como siempre, en la mente tan cerrada de nuestros gobernantes, proyectos como éste sencillamente no tienen cabida. Afortunadamente la crítica literaria está optando por estudiar los textos fantásticos y de fantasía científica, así tenemos a José Güich Rodríguez, uno de los mejores analistas literarios con que contamos, tenemos también los trabajos del sesudo Gonzalo Portals Zubiate y del notable estudioso Elton Honores. Eso me obliga a retractarme un poco de mi desconfianza por la crítica. Creo que todo depende de las nuevas generaciones. La ciencia ficción es un género mutante y, por qué no, podríamos serlo también nosotros.

L. L.: Para finalizar, podrías contarnos que nos traes de nuevo con respecto a lo literario.

C. E. S.: Estoy preparando dos nuevos libros de cuentos. Pienso publicarlos en cuanto las condiciones ambientales (de mi vida) sean propicias. Tal vez uno salga el próximo año. O tal vez ambos. Además preparo, esto si es un proyecto a corto plazo, el cuarto número de la revista Argonautas, el cual homenajeará al narrador José B. Adolph, dicho volumen traerá buenos cuentos y gratas novedades. Todo esto con el afán de difundir la ciencia ficción que ha sido mi meta desde que leí hace tiempo cierto cuento de Isaac Asimov... pero eso ya forma parte de otra fantástica historia.


Lima, junio de 2008

Carlos Enrique Saldivar (Lima, 1982). Estudió Literatura en la UNFV. Director de la revista impresa Argonautas de fantasía, misterio y ciencia ficción, de la cual, a la fecha, han visto luz cuatro números. Ha publicado reseñas, artículos, poemas y relatos en diversos blogs y revistas impresas y virtuales del medio. Relatos y poemas suyos han aparecido en diversas antologías del medio. Publicó el libro de cuentos Historias de ciencia ficción en 2008. Este año (2010) publicó su segundo libro de cuentos: Horizontes de fantasía. Actualmente prepara un tercer volumen de historias (de corte siniestro) con el título tentativo de El cuarto contiguo y otros relatos. E-mail: revista_argonautas@hotmail.com

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