Cell
Stephen King
debolsillo
Barcelona, 2008
Aún tratándose de una novela
posapocalíptica, resulta refrescante leer a King. Los inicios de la
novela son magistrales, con esos primeros instantes que transcurren
entre la puesta en escena de algunos de los personajes principales
hasta la primera manifestación del hecho anómalo que altera sus
rutinas para siempre.
La premisa de Cell es interesantísima:
a través de los teléfonos celulares (o móviles) se ha transmitido
una señal, denominada El Pulso, que convierte a todo aquel que ha
tenido la desgracia de recibirla en una especie de zombie. Los seres
humanos afectados por el pulso comienzan a atacar a sus congéneres,
a comportarse como animales guiados por los instintos más
primitivos. Pueden morir como cualquier ser humano (recordemos que no
se trata de muertos vivientes), y conforme transcurre la acción, dan
muestras de estarse convirtiendo en una suerte de organismo
colectivo, acaso inteligente, pero inmisericorde e incomprensible.
La naturaleza misma de El Pulso no es
aclarada. ¿Se trata de un experimento que ha salido mal, de un
ataque terrorista, de un nuevo estadio en la evolución humana? Sus
efectos, sin embargo, son explicados magistralmente desde el punto de
vista de la informática más básica: si el cerebro humano puede
asimilarse al disco duro de una computadora, El Pulso ha sido el
equivalente a borrar toda la información de ese disco duro, salvo la
programación más elemental: sobrevivir.
King mezcla el terror con la ciencia
ficción. De un lado, los humanos normales sobrevivientes deben
conseguir refugio y aprender a defenderse de los humanos afectados, y
de otro, intentar comprender y explicar la situación. Los seres
afectados por El Pulso, ya se dijo, no son zombies, y en ocasiones,
manifiestan extrañas habilidades (levitación, lectura de
pensamiento, proyección de mensajes a través de los sueños,
conocimiento de idiomas como el latín). ¿Son monstruos o un nuevo
tipo de ser humano?
Con todo y su contenido terrorífico,
Cell se decanta más por el lado de la ciencia ficción, puesto que
intenta una explicación de lo más inquietante respecto a lo
narrado, cómo el uso masivo de ciertas tecnologías puede
desencadenar efectos insospechados en sus usuarios, y cómo estos
(los humanos) nos parecemos más a las máquinas que creamos de lo
que podría pensarse, radicando en esa similitud la esperanza de
salvación: toda máquina tiene su fallo. Y serán ciertos fallos que
empezarán a mostrar los humanos afectados por El Pulso los que serán
aprovechados por los protagonistas para vencerlos, a riesgo de
reconocer, no sin cierto pesar, de que se trata de una especie cuya
evolución apenas estaba comenzando (uno se queda con la miel en los
labios al pensar en una novela basada en la posible evolución de
estos “telefónicos”, o en cómo sería describir un mundo así).
Además, las teorías que se esbozan en
torno a la naturaleza del ser humano, y las consecuencias que se
derivan de la elección entre violencia o racionalidad, son de gran
actualidad en una época que parece dominada, efectivamente, por
zombies.
Definitivamente, una de las novelas de
Stephen King más especulativas que pueda leerse.
Daniel Salvo
Esta es la version King de un zombi. Me parece que la premisa supero a la ejecucion del relato. Hubieramos agradecido un par de cientos de paginas mas, pues hacia el final, uno termina mas con preguntas que con respuestas. Aunque el final en si, es de antologia.
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