jueves, 2 de diciembre de 2010

Editorial: Esperanza



El 2011 parece que será un buen año para todos. No solo por que estreno columna en el Diario Oficial El Peruano (Mundo Imaginario), sino por múltiples señales que permiten augurar un feliz año nuevo.

Porque en los EE.UU. se publicó la antología Shine, con relatos de ciencia ficción optimista. El optimismo no es muy popular en estos tiempos dizque posmodernos (hasta ahora desconozco mayormente qué es esto de la posmodernidad, creo que para suerte mía), pero sigo creyendo que la única forma de ser consecuente con el pesimismo es el suicidio (a menos que uno sea masoquista). Sigo viviendo, así pues…

Porque en Europa, Michael Iwoleit reanudó la publicación de INTERNOVA, magazine dedicado a la ciencia ficción internacional, un gran apoyo para darnos a conocer en otros ámbitos. The World SF Blog, editado por Lavie Thidar, tiene el mismo objetivo, pero desde una perspectiva norteamericana.

Porque, como nunca, hubo un auge de publicaciones de ciencia ficción y fantasía de autores peruanos. El fantasmocopio, Sólo un punto, El camino de los aegeti, El sector Milian, Tan cerca de la vida, Thecnetos; así como la continuidad de publicaciones como las revistas Argonautas y Plesiosaurio, que a su vez están engendrando nuevos proyectos, como Clemente y El Horla.

Porque Mario Vargas Llosa obtuvo el Premio Nobel de Literatura, lo que puede y debe incidir en una revaloración de los intelectuales y de la labor intelectual. Labor que siempre ha existido en nuestro país, pero no siempre ha sido reconocida. Recomendación: el libro de José Miguel Oviedo Mario Vargas Llosa: la invención de una realidad, y el excelente número que le ha dedicado la revista virtual El Hablador.

Porque los Coloquios de Narrativa Fantástica organizados por el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar, Elton Honores y Gonzalo Portals Zubiate se están convirtiendo en una institución.

Porque mi amistad con Adriana Alarco, Luis Bolaños, Daniel Mejía, Victor Pretell, Isaac Robles, Pino Pinox, Manuel Antonio Cuba y tantos otros, seguirá afianzándose.

Porque se publicaron libros de no ficción con títulos tan sugerentes como El futuro de las humanidades y El cultivo del discernimiento.

Porque al fin estoy aprendiendo la diferencia entre por qué, por que, porqué y porque.

Porque Axxón sigue publicando.

Por todo eso: FELIZ NAVIDAD y PRÓSPERO AÑO NUEVO.


Daniel Salvo

Thecnetos (Luis Arbaiza)



No se puede dejar de pensar en la tremenda repercusión que habría obtenido Thecnetos de haberse publicado en otro contexto. Y es que estamos ante una de esas novelas que marcan un hito en el panorama de la ciencia ficción, entendida como género literario y como literatura de ideas.

Por que no hay página de Thecnetos que no esté llena de ideas, ideas que cuestionan tanto nuestra visión de lo que es el universo físico como la del universo propiamente humano. Thecnetos es una reflexión en torno a temas como el fin de la materia y del tiempo, las diferencias y similitudes entre lo natural y lo artificial, la existencia de universos dentro de universos, la progresión y los límites al conocimiento y a la experiencia humana; y respecto a lo que en última instancia motiva a los seres humanos a seguir existiendo, ya sea la búsqueda de conocimiento, de poder o de amor. Cabe destacar que el amor recibe en Thecnetos un tratamiento bastante original, que con seguridad podría desatar las furias femeninas: en el futuro imaginado (¿o previsto?) en Thecnetos, cuando el mismo tiempo comienza a oscurecer (sí, Luis Arbaiza maneja una prosa muy poética), la humanidad ha decidido prescindir del cromosoma X. Al haberse logrado un sistema infalible que garantiza la reproducción humana sin los riesgos que acarrea la maternidad, los úteros ya no son necesarios. Nos encontramos entonces en un universo poblado tan sólo por hombres, que comparten la condición de ser todos científicos, filósofos y feroces guerreros, muy similares a los espartanos de 300, un mundo de varones cuyas relaciones afectivas giran en torno a los términos erastes y eromenos. Quienes, por inevitable atavismo genético, sólo pueden sentir amor por desaparecido género femenino, están condenados a una amarga soledad y a languidecer deseando lo imposible. Por lo demás, la sociedad en la que se enmarca la acción de Thecnetos es una sociedad muy dada a la violencia, aunque esta violencia se ejerce en base a unos criterios filosóficos bastante polémicos.

Además de los inevitables conflictos que se dan entre las corporaciones, las unidades económico-sociales en las que se basa la sociedad humana en Thecnetos, esta última humanidad (parafraseando a Olaf Stapledon) se enfrenta a otro problema. Los hombres del futuro son conscientes de que el universo en el cual transcurren sus existencias está llegando a su ocaso. No se trata del fin de un mundo, o de un sistema, o de una galaxia, sino del Universo entero. La particular filosofía desarrollada durante milenios les sirve para asumir con dignidad (y algo de indiferencia) este final, puesto que, conforme a su manera de pensar, la existencia no tiene por qué ser superior a la no existencia, y por lo tanto, existir o no existir son condiciones contingentes. Sin embargo, siempre hay un inconforme, en este caso, un técnico que postula la posibilidad de escapar de nuestro moribundo universo a otro situado una dimensión más arriba. La forma en que podría realizarse dicho escape y la transformación que se produciría en la estructura humana (cuerpo y mente) nos revela a un autor que se maneja a sus anchas tanto en ciencias biológicas como en las matemáticas y la filosofía, dotando así a la novela de una visión del universo inusitada, y a veces escalofriante. Contra la apatía manifiesta de la mayor parte de la humanidad, se destinan recursos para la investigación de esta propuesta de supervivencia.

Paralelamente a este período temporal en el cual la humanidad canaliza todos sus esfuerzos para la supervivencia, se nos narra otro período temporal (o a-temporal) en el que somos testigos privilegiados de la relación imposible entre un inescrutable emisario del fin del tiempo – un enviado del Thecnetos, el artefacto final que abarca toda la experiencia del universo, fuera del tiempo y del espacio - y un desconcertado Último Hombre del Universo, que además debe su existencia al hecho de haber sido resucitado sin otro propósito aparente que no sea el deambular sobre una vasta planicie sin fin – al universo del futuro no puede atribuírsele otro color que el gris y sus gradaciones - , según lo dispuesto por el Thecnetos y su enviado. ¿Para qué ha vuelto a una existencia vacía, en un universo que ha cesado de existir? La respuesta a ésta y otras interrogantes son de lo más sorprendente, y otorgan un atisbo de esperanza entre las inmisericordes revelaciones de lo que parece depararnos el futuro, según las especulaciones científicas más recientes.

Aunque ambas tramas podrían parecer independientes o apenas relacionadas, hacia el final se revela el vínculo entre ambas, suscitando en el lector la reflexión respecto a si el fin y el principio del universo tienen su origen en la misma desesperada búsqueda de aquello que nos complementa.


Daniel Salvo


(N. de E. La novela puede leerse en el blog Thecnetos ( http://thecnetos.blogspot.com/), en el cual también se indica dónde puede adquirirse la versión impresa.)

THECNETOS - Video Introductorio


Teranesia (Greg Egan)







Un recuerdo triste de infancia: la infame película hindú "Dos mendigos". Durante los primeros minutos, el padre muere, la madre muere y el huérfano es atropellado por un vehículo que lo deja paralítico. No supe la historia del otro mendigo por que me salí del cine.



Las primeras sesenta (o cien) páginas de Teranesia me hicieron recordar a esa película. No se si habrá sido alguna moda eso de querer dotar a los personajes de una vida personal, pero creo que aún saliendo del ámbito de la ciencia ficción, la vida y miserias del protagonista de Teranesia no parecen ser un tema literario que amerite interés alguno. Por que, como buen hindú, sufre de principio a fin: la muerte de sus padres, la guerra, separarse de su hermana y, last but not least, una curiosa mutación que podría haber sido el eje central de un relato o cuento de sabor más concentrado.




Es de agradecer, eso si, el humor corrosivo con el que Egan acomete contra cierta "intelectualidad" desmadrada de la que muchos acaso hemos sido testigos en nuestros primeros años de vida universitaria, encarnada en su tía Amita y su pareja, un par de estúpidos que son capaces de confundir los "1" y los "0" del sistema binario con símbolos de dominación machista (!), y encima, redactar sesudos artículos sobre el tema. Es la mejor parte de la novela, y que seguro provocará el rechinar de dientes de más de algún intelectual "comprometido". Lo malo es que Egan acaba por incurrir en estos mismos errores y los evidencia en la manera en que desarrolla la novela.



Cuando, por fin, aparece el elemento de ciencia ficción de la novela, Egan se da maña para crear un problema tan intrigante como interesante, como es la aparición súbita de mutaciones de la fauna de la isla de Teranesia, mutaciones que despertarán el interés de la comunidad científica y del protagonista, Prabir , a la sazón convertido en científico. Empero, el desarrollo de sus investigaciones es tan árido y al mismo tiempo tan plagado de un dramatismo digno de la tía de Prabir, que el lector se pierde el meollo del asunto, al punto que sólo cabe desear que la novela acabe, no importa cómo. Ya sabemos que no cumple ni lo poco que promete.


Cercanos al final de Teranesia, uno se pregunta qué hábría hecho otro autor con semejante premisa. Piensen en el potente thriller que habría redactado Michael Crichton, la desbordante imaginería que habría aportado Jack Vance o el (auténtico) sentido del drama de Greg Bear.


Mientras tanto, soñemos con la novela que pudo ser y no fue.



Daniel Salvo

Revista Tinta Expresa N° 4 (Carlos E. Saldívar)







Tinta Expresa. Revista de Literatura.

Lima, 2010, año 4, n° 4, 276 pp.

A veces, las esperas largas prometen la llegada de un producto óptimo, deslumbrante, cuya calidad aliviana los sentidos y cuya exigencia a la hora de ser concebida se muestra patente en cada uno de sus rincones. Si se trata de un texto literario, dicha espera resulta aún más gratificante. Hablamos de la revista Tinta Expresa 4, loable esfuerzo de los egresados de la UNMSM, aunque no solo de ellos, también es justo reconocer la labor de los estudiantes y egresados de otros lares, de profesores, escritores y animosos impulsadores de la cultura en nuestro poco agraciado, aunque emprendedor país. Como director de la revista Argonautas, de fantasía, misterio y ciencia ficción, (que nació en el 2006 y a la fecha cuenta con cuatro números) puedo asegurar con vehemencia que lanzar una revista de literatura en el Perú es una tarea muy difícil. Existen barreras que van desde las económicas hasta las intelectuales. No es que publicar una revista sea cuestión de dinero y cerebro, pero a veces es necesario invertir para poder (en el mejor de los casos) recuperar dicha ganancia y reinvertirla así en futuros números. Pasando a la cuestión intelectual: los directores de las revistas (en este caso suelen ser los que dirigen al grupo) deben tener una visión amplia para poder organizar el material de dicha publicación, organizar al equipo que trabaja en ella (con armonía profesional siempre), para poder colocar y mover dicha publicación en el mercado y así ofrecer a los lectores un producto acabado que los haga sentir satisfechos de la adquisición hecha. Una revista literaria conlleva un enorme esfuerzo por el aporte intelectual puesto en ella, el tiempo invertido (que a su vez, se reinvertirá como tiempo de lectura por parte de los receptores). Sin embargo, como dije, no es solo un asunto de dinero e intelecto. Las razones para concebir una revista van más allá de cualquier mentalidad convencional. Es decir, nos adentramos en un terreno que tiene que ver con lo esencial Es un asunto de fe, digamos. Una apuesta por culturizar, por remover cimientos y dar a conocer una voz —en la mayoría de los casos— que merece ser oída. Una revista literaria, en este caso, es cultura impresa. Saber condensado. Inteligencia física. La celebrada escritora norteamericana Joyce Carol Oates escribió alguna vez: “Iniciar una revista literaria no es aventura para pusilánimes o para quienes se desalientan con facilidad”. Y en el mismo artículo (“Lamento informarle” [2010]) nos cuenta que al preguntarle a su esposo por las razones para expandir una pequeña revista que habían editado juntos éste responde que es por una “arriesgada mezcla de idealismo y masoquismo”. Me parece una respuesta acertada.
En este instante usted pensará que divago... No desespere, ya llego al punto.
Si publicar una revista de Literatura en Estados Unidos es una odisea de valientes (personas ultraidealistas que confían en el buen uso de la razón humana, al mismo tiempo que se hallan al borde de la insania), imagine usted lo difícil que es publicar una revista literaria en Perú. Casi tanto como conseguir lectores para la misma. Vayamos más lejos, imagine ahora lo osado que debe ser para un grupo de intelectuales publicar una revista literaria de temática fantástica. Bueno, quizá no puedan imaginarlo. Yo no necesito hacerlo pues yo mismo publico una revista de fantasía, misterio y ciencia ficción, es decir, yo vivo aquello que ustedes intentan concebir en sus mentes sensatas. Y por eso, por vivir la digna locura de dar a luz una vez al año una publicación de temática fantástica, soy quien más celebra la aparición de la revista Tinta Expresa 4, un volumen dedicado a la literatura fantástica, a la ciencia ficción y al recordado escritor José B. Adolph, quien nos dejó en el año 2008 y, al mismo tiempo, nos cedió un respetable legado literario que poco a poco va copando nuestro imaginario cultural.
Ya había tenido oportunidad de leer los números 2 y 3 de esta soberbia publicación. El número 2 de Tinta Expresa estuvo dedicado al fallecido poeta Jorge Eduardo Eielson, de quien se publicó una entrevista inédita. El número 3, más que recomendable, estuvo dedicado a las literaturas andinas, lo cual fue un aporte necesario y brillante. En mi caso, quedé satisfecho, sobre todo por la perfección de la sección creativa en dichos volúmenes.
En este nuevo número el equipo editorial de Tinta Expresa realiza una apuesta nueva (que muy pocos añorarían ganar), pero que llama la atención desde un primer momento. Y es aquí, amables lectores, cuando nos adentramos a esta sólida publicación cuya portada, diagramación y edición resultan encomiables sobremanera.
La revista se divide en cuatro partes, una metodología clásica usada por algunas publicaciones extranjeras y de la cual han hecho uso, por ejemplo, Ajos y Zafiros, Nudos y Laberintos y En la sala de espera, por mencionar algunas. Para que esta amplia (aunque no meticulosa) reseña luzca ordenada comentaré cada sección por separado:

Tenemos primero la sección Castillo de naipes, que contiene todos los textos de estudio que no corresponden al tema central de la revista. Aquí tenemos:
“La narrativa del cincuenta y el proceso de modernización de la crítica literaria peruana” por Carlos García Miranda, una certera aproximación a los tipos de crítica (estilística, histórica y sociológica) desarrollados a partir de una fascinante etapa de producción literaria en el Perú.
“La visión estética del mundo en La ciudad de los tísicos de Abraham Valdelomar” por Néstor Saavedra Muñoz, una sucinta mirada a esta preciosa obra de Valdelomar, a partir de los lineamientos teóricos del estructuralismo de Goldmann, diciéndolo de otra manera: ¿Cómo se puede ver el mundo a partir de esta notable novela corta? El ensayo de este joven académico nos brinda una respuesta.
“Tod Browning, un director freak” por Javier de Taboada. Este imperdible artículo tiene innumerables virtudes y un solo defecto: es demasiado breve. La vida de Tod Browning, director de la célebre (y, a la vez, polémica) película “Freaks” puede ser tan emocionante como cualquiera de sus cintas. Muy pocos saben que este realizador también dio a luz otra cinta clásica como “Drácula” (con Bela Lugosi). Recomiendo ampliamente la lectura de este artículo y la revisión de otros estudios o vistazos a la obra de Browning, un maestro en su tiempo... y en todos los tiempos.
“Tom de Finlandia: cuatro miradas en torno a los roles de género” de Arturo Córdova Ramírez. Este ensayo realiza un análisis de la imagen en las viñetas mencionadas en el título creadas por Touko Laaksonen en los años cincuenta del siglo pasado. Trabajo muy necesario en cuanto a la complejidad textual que encierran dichas viñetas a partir de una visión, a primera vista, de simple sexualidad.
“Una mirada al teatro peruano contemporáneo” por Mirella Merly Quispe Ramos. Este texto, precioso, sincero y bien escrito nos invita a una inmediata reflexión en torno a la realidad del teatro en el Perú. Pero no solo debemos lanzar una mirada al teatro como fenómeno cultural y social, es necesario también contemplar la realidad del actor. Me cautiva la idea de que la autora extienda su análisis en futuras entregas o, al menos, alguien más tome la posta. La conclusión del artículo, felizmente, resulta esperanzadora.
“Los textos híbridos no pueden formar una tradición: entrevista a Martin Lienhard”. Interesante rueda de preguntas realizada por Eduardo Huaytán y Edwin Canaza al notable profesor de Literatura Martín Lienhard que trata de resolver algunas cuestiones respecto de los discursos orales, por ejemplo, su importancia en pos de descubrir la verdad tras ciertos hechos oscuros acaecidos en una etapa de violencia política en el país. Dicha entrevista, presumo, es parte de un trabajo más amplio pues he visto ensayos de igual concepción en números anteriores de la revista. Sugeriría ampliar dicho tema con la opinión de otros especialistas. Podría abordarse quizá el siguiente el asunto: La verosimilitud de los discursos orales en el Perú y en América.

La segunda parte de la revista se titula Epicentro y está conformada por los trabajos que se relacionan de manera directa con el tópico central de la revista. Aquí tenemos:
“Lo inverosímil y lo femenino en María Soledad Quiroga y Elena Garro” por Mara L. García. Un ensayo muy breve, pero que de inmediato teoriza acerca de “lo fantástico”, brindando pautas importantes respecto de éste proceso intratextual. De esta manera la académica analiza algunos textos de la autora María S. Quiroga, fascinantes (y de obligatoria lectura) como “La vasija” e “Islas”. Misma labor realiza con respecto a la escritora mexicana Elena Garro, descubre así “lo fantástico” dentro de su texto: “¿Qué hora es...”. Al final se concluye que el proceso fantástico se da en función de mostrar, primero, el mundo interno femenino, romper luego dicha realidad y, finalmente, liberar a la mujer del espacio cotidiano en el cual ha encontrado incomodidad.
“Apuntes sobre narrador no confiable en Los ojos de Lina”. Por José Guich Rodríguez. El notable escritor y académico nos prueba, a partir de algunas observaciones hechas por Harry Belevan (Antología del cuento fantástico peruano, 1975), que el cuento de Palma es fantástico. Y todo esto lo consigue analizando al narrador del texto. De esta manera se nos brinda un aporte más acerca de este inagotable relato, uno de los mejores de la literatura peruana del siglo XX.
“El enigma de las cajas chinas o la progresión del yo en dos cuentos de Felipe Buendía: El baúl y El extraño caso de los Sres. Levi” por Gonzalo Portals Zubiate. Hablando de los mejores cuentos peruanos del siglo XX, Portals Zubiate reivindica al (hoy poco recordado) escritor Felipe Buendía, analizando un cuento célebre suyo: “El baúl”. A la par se ocupa de un texto menos conocido: “El extraño caso de los señores Levi”. Éste resulta ser, quizá, el aporte más necesario de la revista. Se reclaman más estudios acerca de Buendía, un importante escritor de la generación del cincuenta.
“Lecturas de la ficción cyberpunk brasileña: un análisis de reseñas y críticas” por Rodolfo Rorato Londero. El cyberpunk es un subgénero de la ciencia ficción que nos narra un mundo alternativo en el cual el desarrollo tecnológico se disparó hasta límites insospechados en tanto la calidad de vida se degradó, el planeta está gobernado por corporaciones y multinacionales, etc. Muy pocos sabían que esta vertiente de la C-F había sido trabajada en Brasil. Rodolfo Rorato Londero nos brinda un mapa de cuentos y novelas, mostrándonos que, además de André Carneiro, hubo otros autores, muchos otros.
“Las narrativas mitológicas y su estatuto dialéctico en El último fauno y otros cuentos de Clemente Palma” por Eduardo Huaytán Martínez. Un inteligente ensayo acerca de uno de los mejores cuentos del maestro Palma, esta vez ahondando en un aspecto insoslayable: su simbolismo.
“La cf latinoamericana y José B. Adolph” por Bernard Goorden. No resulta increíble para los seguidores del respetado escritor José B. Adolph, descubrir que mantuvo contacto con filones de la C-F mundial como A. E. Van Vogt y Bernard Goorden. Este segundo nos brinda en el presente artículo algunos datos sobre su relación con uno de los mejores escritores peruanos de los últimos tiempos.
“José B. Adolph y la Edad de Oro de la ciencia ficción peruana” por Daniel Salvo. ¿La ciencia ficción peruana tuvo una etapa dorada? ¿Cómo, cuándo y por qué? Son algunas de las interrogantes que el escritor y estudioso literario Daniel Salvo pretende responder en este interesantísimo (no exagero, el autor tiene una prosa que engancha) artículo. Cabe decir que estoy totalmente de acuerdo con la postura del autor. Salvo ubica además a José B. Adolph dentro de esa nostálgica época y, por último, comenta los libros del escritor que contienen relatos de ciencia ficción.
“José B. Adolph: la anticipación tecnopolítica como instrumento de subversión intelectual” por Alfredo Illescas. Un sesudo ensayo que bien podría ser una pequeña tesis. Uno de los mejores trabajos del libro, aunque es necesario leerlo con mucho detenimiento. ¿Adolph era un escritor político? Sí, lo era, y en todo el sentido artístico de la palabra. Illescas lo demuestra en el presente estudio.
“Eros y Tánatos en Diario del sótano (1996) de José B. Adolph” por Juan R. Cuya Nina. El amor y la muerte, quizá dos de los temas preferidos del célebre escritor, son tratados aquí por Cuya Nina a partir de un extraordinario libro de cuentos.
“Dossier José B. Adolph (presentación, selección de textos y documentos)” por Elton Honores. Un trabajo memorable que recopila los primeros textos del reconocido autor. Una investigación profunda que nos brinda un preciso acercamiento a la obra de José B. Adolph. Se nos da alcances muy valiosos acerca de la primera etapa creativa del escritor, datos acerca de lo que pudo publicar en el extranjero y sobre lo que ha publicado, pero aún no ha sido reunido en un libro. También se muestran algunos artículos breves e ingeniosos como: “Best-Sellers a mí” (Publicado en Caretas. Febrero 5 de 2004, p.73) donde el autor cuestiona al polémico Harold Bloom, al mismo tiempo que demuestra su admiración por uno de los más grandes genios literarios de nuestro tiempo: Stephen King. Cabe distinguir aquí la excepcional labor de Elton Honores, responsable de este apartado. De colección.

Llegamos así a mi sección favorita, Nómade Verba, la cual contiene los textos de creación, esta vez ligados todos ellos a la temática fantástica, objeto de interés de la publicación. Es posible disfrutar de poemas muy logrados como “Deuda” y “Mitología” de José Cabrera que poseen un llamativo universo onírico. Además tenemos “Dom. 10 de agosto” y “Dom. 19 de octubre” de Melissa Ghessi, que poseen un tono más íntimo respecto del resto del conjunto, aunque no por ello resultan menos inquietantes. “IV”, “VI” y “VII” de Yamila Greco son poemas que proponen una melodía gótica que, a pesar de sus frases tétricas, se mantienen en un nivel ecuánime. Aquí alzo la voz de protesta. Ojalá para una próxima oportunidad se animen a publicar más poesía. Existen muchos poetas cuyas constantes con la fantasía son abundantes.


Pasamos ahora a la sección narrativa:
“Brevísima crónica de la transformación de una hembra humana en una santa sobrehumana, narrada con intención edificante por el licenciado Octavio Honorato de Cubas y Caro en el último mes de 1801 y rescatada del olvido de la Biblioteca Nacional en el año en curso” de César Silva Santisteban. El título, largo como es, parece explicarnos de qué trata el texto, sin embargo no es lo que usted imagina. Uno de los personajes mas famosos de nuestra historia (hay un día dedicado a ella) es retratado de manera poco habitual por un escritor que sabe como contar un relato de modo casi perfecto.
“Duérmete, niño” de Stuart Flores Herrera presenta un cuento de estilo más poético, lo cual conlleva a prestar atención plena a las palabras que guardan dentro de sí un recóndito misterio.
“Los pinos transparentes” de Pedro Espinoza es un texto que contiene una enorme carga simbólica y sentimental, la cual nos dirige a una breve meditación.
“Variaciones dentro del tranvía” y “Decepción” son dos buenos textos de Ricardo Sumalavia. El primero de ellos se divide en tres partes y muestra uno de aquellos “juegos de realidad” tan patentes en los cuentos brevísimos de hoy en día.
“Un señor muy lindo con unas alas deformes” del respetable narrador arequipeño Pablo Nicoli Segura es un texto ciento por ciento fantástico que muestra las virtudes de este creciente autor que se ha especializado en la fantasía y la ciencia ficción.
A mi juicio, la mejor narración de la revista es “El aparato” de Carlos Calderón Fajardo, una metáfora acerca del desamor, la tecnología y la añoranza de un pasado bello que ha quedado atrás, mermado tal vez por la vejez y la imposibilidad de seguir soñando. El último párrafo del cuento es lo mejor que he leído en mucho tiempo.
“Receta de Igor para fabricar personajes” de José Donayre es un cuento que se centra en este personaje de la literatura gótica, poco conocido. Texto brevísimo cuya idea, en esta ocasión, podría extenderse hasta llegar, incluso, a una novela corta.
Carlos Meneses nos brinda con “Fotógrafo impertinente” otro texto contundente. En su apabullante brevedad logra confeccionar un sorprendente final de ciencia ficción.
“Ladridos” y “Hay mitos” son dos ficciones brevísimas de vuestro servidor, Carlos Enrique Saldivar.
“Entre pisos” de Raúl Quiroz es un logrado relato de presencias que habitan en un edificio. Está narrado de un modo atípico, cual si fuera un pequeño guión radiofónico.
No podía faltar en el conjunto un cuento que remita a una leyenda rural, así tenemos “El campanero” de Gregorio Torres cuyo desenlace resulta sorprendente.

La última sección de la revista se titula Varía, aquí se incluyen las reseñas de algunos libros que merecen ser tomados en cuenta por los lectores (por ejemplo “El hilo negro”, gran texto de Carlos López Degregori o “La joven que subió al cielo”, llamativa novela corta de Luis Nieto Degregori). Me incomoda cometer la audacia de analizar un apartado en el cual se comentan, a su vez, textos de otras personas; no obstante quisiera hacer un par de observaciones acerca de dos reseñas.
La primera alude al comentario de “Entre el cielo y el suelo” de Lorenzo Elguero. El autor de la reseña realiza una buena labor, describiendo la estructura del libro y emitiendo críticas que vienen a colación, sin embargo, al finalizar su discurso, nos dice lo siguiente: “Entre el cielo y el suelo parece estar dirigido a un lector ideal sin muchas exigencias, y a lo mejor ingenuo, acostumbrado a las novelas ligeras que proliferan en la actualidad. Este quizá sea su principal desacierto” (pp. 260). Es decir, el reseñador nos advierte que un texto de lectura fácil —o que no exige un lector entrenado— resulta ser de una calidad inferior a textos más elaborados en materia lingüística. No estoy de acuerdo. A veces la sencillez en el arte puede mostrarnos con más claridad el camino que debemos seguir para adentrarnos en el corazón de la historia. El argumento y el desarrollo de los personajes también son vitales para lograr la funcionalidad de la novela, no solo el lenguaje. Este comentario que hago es, desde luego, muy personal y puede ser sometido a un intenso debate en el futuro. Sin embargo, me mantengo firme en mi convicción acerca del equívoco en que incurre el reseñista al mostrar una opinión personal suya (escapándose del tema central: el libro reseñado) como si fuera la verdad y desmereciendo con ello el valor de su comentario global.
El segundo punto es con respecto a la reseña de “Bombardero” de César Gutiérrez, hecha por Daniel Carrillo Jara. Me hubiera gustado que el reseñista emitiese algún juicio acerca de la valía del (¿poema?, ¿texto experimental?) e indicara si es necesario leer el libro o prescindir de éste ya que sólo se limita a describir el contenido del libro (de manera apropiada desde luego). El autor del comentario, de modo poco ortodoxo, nos dice lo siguiente: “Al final de la lectura, uno debe preguntarse si Bombardero de César Gutiérrez es el libro que todos los comentarios dicen que es. Solo una lectura atenta permitirá responder esta pregunta” (pp. 265). Pues... ¿Acaso el reseñista no ha leído atentamente el libro? Sí lo ha hecho, desde luego. Pero si él no puede responder su propio cuestionamiento, menos podrá hacerlo alguien que se encuentra al otro lado de la reseña. El texto revisado es tan amplio de páginas que un comentario sobre él desmerece la incertidumbre. Hubiera sido grato que el autor responda a la pregunta que él mismo plantea, que emita algún juicio, diciéndonos si la obra le gustó o no y si resulta de verdad recomendable para los lectores que buscan buena literatura. Una reseña neutral no tiene mucha valía y, en todo caso, resulta prescindible.

Concluyendo, felicito a los miembros del comité editorial. Me he percatado de que son varios y algunos de ellos —como Elton Honores— son notables estudiosos de la Literatura. Tinta Expresa resulta ser, tal vez, la revista más importante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos hoy en día. Me han avisado que el número 5 está en proceso de concepción, noticia que me alegra mucho. Brindo mis mejores deseos a los jóvenes encargados de esta publicación, rogando que se produzcan al menos cien números más en el futuro. Proyectos profesionales como éste nacen gracias al apoyo de los lectores constantes, ellos son los que hacen válido el trabajo realizado. Además, resalto la importancia del cuaderno debido al breve, aunque preciso, recorrido que se hace sobre la literatura fantástica y de ciencia ficción, géneros que hoy por hoy están calando a profundidad en nuestro imaginario cultural. Como nota final, recalco que este ejemplar es imprescindible por contener un soberbio homenaje al notable escritor José B. Adolph. Estoy seguro de que en unos años este volumen será muy buscado por los investigadores literarios. Los aficionados a la literatura de la imaginación ya tienen a su alcance un soberbio texto, el cual es una muestra perfecta de las joyas preciosas que se vienen puliendo dentro del circuito literario nacional.

Carlos Enrique Saldivar


Nota: Los interesados pueden visitar la página web de la revista y ver su índice:
http://tintaexpresa.site90.net/


Lima, mayo de 2010

domingo, 7 de noviembre de 2010

Editorial: Lo que el coloquio nos dejó








Ante todo, un reconocimiento especial a Elton Honores, Gonzalo Portals, Marcel Velásquez Castro y Gonzalo Cornejo Soto, y por supuesto, al Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar - CELACP.


¿Que quienes son? Nada menos que los organizadores -y asesor académico - del Coloquio Internacional Lo fantástico diverso, que ha tenido lugar recientemente en la ciudad de Lima. No es el primer Coloquio en torno a la narrativa fantástica realizado en el Perú (hubo dos coloquios previos, en 2008 y 2009), pero mantiene el enfoque abierto tanto a investigadores acreditados (léase "con título") como a los amateurs, lo que, a mi juicio, incide de manera muy positiva en la variedad y calidad de las ponencias.


En estos tiempos algo degenerados (posmodernos, que le dicen), un acto literario suele pasar desapercibido. Con mayor razón, uno vinculado a la literatura fantástica. Publicar y presentar un libro en el Perú no implica necesariamente la existencia de lectores.


¿Entonces, cómo se explica la persistencia, la creciente institucionalización de los Coloquios? ¿Cómo se explica el hecho de que participen no solo investigadores de nuestro país sino españoles, colombianos, brasileños y chilenos?


Es evidente que nuevos vientos soplan en nuestro mundo literario peruano. Temas poco conocidos, autores casi fantasmales, publicaciones que hay que desenterrar con paciencia más propia de un arqueólogo o de un historiador. Y con esto, nuevos enfoques teóricos que alteran la noción de una literatura peruana sempiternamente enfocada hacia el realismo. La fantasía, el terror y la ciencia ficción son parte también de nuestra narrativa.


Pero el impacto de los Coloquios no se queda en esta perspectiva orientada hacia el pasado, esto es, descubrir (o mas bien, redescubrir) autores y textos de índole fantástica, e iniciar el estudio en torno a los mismos. Mas bien, con renovados bríos, se abren paso en nuestro medio publicaciones centradas en lo fantástico, tanto en el ámbito virtual (Velero 25 y La casa de Jarjacha) como en el físico (las revistas Argonautas y Clemente, de pronta aparición), engendrándose acaso una nueva generación de narradores que se suman así a lo previamente andado por J.M. del Portillo, Clemente Palma, Abraham Valdelomar, José B. Adolph, Eugenio Alarco, Juan Rivera Saavedra y otros.


Como un nexo entre un pasado literario sorprendente y un futuro lleno de promesas, avanza la institucionalización de estos Coloquios de Literatura Fantástica. Apoyemos la iniciativa.


Daniel Salvo

Conversación con Campo Ricardo Burgos López (Elton Honores)




“Donde la ciencia ficción va en busecito, la literatura fantástica va en jet”

Una conversación con Campo Ricardo Burgos López

Por Elton Honores


Conversamos en Lima con Ricardo Burgos, invitado de honor y conferencista magistral del Coloquio Internacional: Lo fantástico diverso 2010. Campo Ricardo Burgos López (Bogotá, 1966) es poeta y crítico colombiano. Es psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster en Literatura por la Universidad Javeriana de Bogotá, y profesor de la Universidad Sergio Arboleda de esa misma ciudad. En 1993 obtuvo el Premio Nacional de Poesía-Colcultura con la obra Libro que contiene tres miradas y desde entonces ha figurado en diversas antologías de la poesía colombiana. Cuentos suyos han aparecido en libros como Cuentos de Ciencia Ficción (varios autores, 1998) y en Contemporáneos del Porvenir - Primera Antología de la Ciencia Ficción Colombiana (2000). Su ensayo "La narrativa de ciencia ficción en Colombia" (primer análisis histórico sobre este género literario en Colombia) apareció en Literatura y Cultura-Narrativa Colombiana del siglo XX. Tras publicaciones en distintas revistas especialmente de literatura, publicó su novela José Antonio Ramírez y un zapato (2003), compiló laAntología del cuento fantástico colombiano (2007) y escribió el ensayoPintarle bigote a La Mona Lisa: Las ucronías (2009).La conversación fue realizada el día lunes 25 de octubre de 2010 a las 8:30 am., en un café en Miraflores.

Recepciones de lo fantástico en Colombia

Elton Honores: ¿Cuál es la valoración sobre los trabajos de creación fantástica en el soporte virtual en Colombia? ¿Hay un prejuicio sobre estos?

Ricardo Burgos: No… Antes de venir acá estuve hablando con estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, que se reúnen semanalmente a estudiar cf…. Ellos están muy juiciosamente “bajando” material de la única revista de cf que hay en Colombia, Cosmocápsula, de ahí están tomando material para leerlo y discutirlo, porque les parece que Cosmocápsula tiene el mérito de ser actual, que es información recién “sacada del horno”, asimismo, ellos también discuten textos que“bajan” de revistas españolas, argentinas, de Velero25. En nuestra última reunión discutimos unos cuentos publicados en Cosmocápsula. Me invitaron y me dijeron: “queremos hablar con usted y discutir un par de cuentos”, les dije “listo” y estuvimos hablando con ellos… La generación joven perteneciente a muchas carreras (física, química, medicina, literatura, filosofía, psicología)que se ocupa de discutir cf y fantasía no le hace ascos al internet, pero los críticos, claro que sí, es igual que aquí. La parte académica, los profesores de universidades solamente respetan el papel y muy poco la parte virtual, pero la gente joven ya no tiene esa prevención. Les decía a ellos que es cuestión de tiempo: “de acá a unos 10 años ustedes estarán entrando en las posiciones en donde se encuentran sus profesores y como ustedes no le hacen ascos a esto, la cosa va a cambiar, pero como sus profesores fueron educados a la antigüita, claro que le hacen ascos y prefieren el papel”. Yo fui educado a la antigua pero no le hago ascos… me gustan ambos, lo virtual y el papel…

EH: ¿Cuál fue la recepción de esta producción fantástica en Colombia? ¿Qué existía antes de tu trabajo sobre la cfen la crítica literaria?

RC: Nada. En el año 2000 se publicó en Colombia un estudio tremendo en tres tomos, Literatura y Cultura. En ese estudio, tres investigadoras pidieron a cerca de 70 críticos que escribieran sobre cerca de 70 aspectos que les parecieran importantesen la literatura colombiana. Entonces había los consabidos capítulos sobre García Márquez, Macondo, literatura de la violencia, José Eustasio Rivera y La Vorágine, Rojas Herazo, Germán Espinosa. Estas profesoras tuvieron una idea luminosa:“queremos también esas literaturas marginalizadas…” Por eso hay capítulos sobre la literatura afrocolombiana, sobre la literatura gay, sobre la literatura infantil, feminista... En ese momento recuerdo que estaba terminando mi maestría y – a través de otro maestro-se me acercó una de estas profesoras y me dijo, “Ricardo nos hemos enterado que usted está haciendo el primer trabajo sistemático sobre la cf en Colombia, realmente nos gustaría que escribiera uno de los capítulos sobre literaturas marginales ya que vamos a meter literatura de cf, que está en la misma condición que la afrocolombiana, la gay, etc…”. Entonces, en el 2000 se publica el primer trabajo sistemático, que es mío. Antes de eso lo que había eran menciones dispersas en manuales de la literatura colombiana, que cuando se referían a Antonio Mora Vélez –que ya había publicado en los años 80–, decían cosas como “Antonio Mora Vélez, el único escritor de cf en Colombia”que ya era falso, porque en esos manuales antes del 2000 no aparecía René Rebetez, por ejemplo, lo que era asombroso. Por supuesto, esto tiene que vercon que Rebetez vivió tantos años fuera de Colombia y apenas volvió a fines de los 80… Él volvió a ser visible para el mundo académico cuando vino a Colombia. Mientras estuvo en México estuvo extraviado, sencillamente lo ignoraban, lo conocían 3 o 4 amigos y pare de contar…Al regresar al país, volvió a figurar en el mapa… Antes de eso, sobre él había noticias dispersas, por ejemplo decían en el diario El espectador: “René Rebetez es un raro escritor colombiano que escribe cf” y eso era todo y luego publicaban un cuento… O, por citar otro caso, en una perdida historia de la literatura colombiana aparecía algo como: “Antonio Mora Vélez es el único escritor colombiano que se dedica a la cf”, por supuesto era falso. Cuando hice mi trabajo demostré que había 7 u 8 más, además de ellos, que habían publicado cosas buenas, regulares, otras malas, pero que habían publicado, lo que pasa es que no se habían buscado…

EH: En el año 2000 mencionabas que solo habían 2 o 3 personas interesadas en lo fantástico…

RC:Sí, Antonio Mora Vélez, que se había limitado a escribir en prensa, en periódicos, en El tiempo, en El espectador, escribía sobre autores locales e internacionales. Yo conocí a Rafael de J. Henríquez gracias a él. Leí un artículo de él de fines de los 80, en una reseña sobre Los dioses descienden al amanecer. Luego conseguí el libro y me gustó en ese momento… Henríquez es un mago para crear suspenso y tensión… Abandonó la cf porque se volvió profeta: encontró El libro de Urantiaque, según él, explicaba el universo…Hoy en día, en las afueras de Bogotá, él tiene una pequeña finca y se dedica a dictar cursos introductorios al Libro de Urantia, mandó al demonio la cf… Luego ha publicado unos libros sobre el porqué el evangelio de Urantia salva al mundo…

Antología del cuento fantástico colombiano (2007)

EH: En la introducción a tu antología hablabas del entretenimiento como un fin de la literatura fantástica que no debe perderse de vista… En suma ¿cómo entender lo fantástico desde la categoría de la ficción?

RC: Usted sabe que en teoría literaria se han escrito cientos de tratados y no han podido resolver ese problema… Me plegaría a la definición de C. S. Lewis sobre ese problema. Hay que recordar dos cosas: la literatura es ficción, es algo conformado por logos y poiesis. Logos, porque siempre cuenta una historia, porque tiene un contenido; y poiesis, porque tiene una forma para contar, es un objeto en sí mismo. Es al mismo tiempo un vehículo y un fin en sí misma. El lector de poesía valora el poema desde los dos ámbitos: Desde la parte útil del lenguaje, como vehículo de ideas y desde la parte “inútil” como despliegue de maravillosos juegos de palabras. La ficción comunica ideas pero no es su único fin como sí ocurre con la filosofía o la ciencia. El lenguaje poético busca asombrar, aterrar, emocionar. La ficción cuenta una historia, es un fin en sí misma y es emocionante. Ficción es un tipo de lenguaje que cumple estas tres labores: vehículo de lenguaje, recurso para emocionar (ya sea asombrando, aterrorizando o alegrando),y en tercer lugar sería un fin en sí misma, algo sin utilidad y que llama la atención, que se ofrece a la admiración…La ficción sería igual al ser humano: los humanos también comunicamos ideas, también emocionamos a otros, también somos fines en sí mismos. Lewis considera la obra de arte como si fuera un ser humano, vivo… La obra de arte no es como el lenguaje de la ciencia o la filosofía, que es técnico, puramente pragmático, que es por encima de todo un vehículo. A Platón, por ejemplo, lo que le interesa es comunicar una idea, no el lenguaje en sí mismo, aunque sé que hay un movimiento llamado filosofía del lenguaje que trata de demostrar que a Platón sí le interesaba el lenguaje y que la filosofía es un juego del lenguaje, pero es una aberración de la filosofía…

EH: En tu antología mencionas algunos autores que no pudiste incluir… ¿qué cuentos de García Márquez, Gómez Valderrama, Espinosa hubieras incluido?

RC: García Márquez tiene un agente literario en Barcelona, Carmen Balcells que cobra un ojo de la cara por cualquier cuento, por eso era imposible incluirlo… Lo chévere era estudiar a autores que son leídos por una minoría… Cuentos de García Márquez hubiera incluido cualquiera de los que están en La increíble historia de Cándida Eréndira y su abuela desalmada: “El ahogado más hermoso del mundo”, “Un señor muy viejo con unas alas enormes”, algunos de los cuentos de los Doce cuentos peregrinos, esa historia de fantasmas en un castillo italiano, esas historias desmesuradas como El rastro de tu sangre en la nieve… o los de Ojos de perro azul… De Gómez Valderrama, hubiera incluido una ucronía que analicé en mi libro sobre el tema, en la cual, Miguel de Cervantes Saavedra no escribe el Quijote, sino que toma un barco hacia Cartagena de Indias y vive en la Nueva Granada hasta su muerte, una ucronía basada en un hecho real… O uno de sus últimos cuentos, cuyo nombre no recuerdo, en donde un extraño tipo llega a un pueblo que es una suerte de biblioteca de Babel, en donde todas las casas están llenas de libros sin ningún ser humano que explore ese raro universo. No obstante, incluir a Gómez Valderrama, autor de libros como La procesión de los ardientes, Los doce infiernos, La nave de los locos, era carísimo. No pude incluir a Rebetez por el problema jurídico que hay actualmente con sus derechos editoriales. De Espinosa hubiera incluido “El arca de la alianza” de La noche de la trapa, una historia sobre un grupo de humanos que viaja por el espacio…

EH: ¿Cuál fue la recepción de tu antología en Colombia?

RC: Como señalé en el coloquio, toda la literatura fantástica en Colombia, salvo Carolina Andújar, corre bajo las alcantarillas, es underground, subterránea, está como los mineros de Chile que rescataron hace poco, siempre bajo tierra… Antonio Mora Vélez es un escritor subterráneo, lo conoce un grupito y nadie más… En cuanto a la antología, de ella se editaron 400 ejemplares a mediados del 2007… Salió una nota en El tiempo, en un suplemento de información cultural… un amigo mío hizo una recensión descriptiva, luego Antonio Mora Vélez en El universal de Cartagena publicó una nota valorativa, esa está en internet. Además, aparecieron notas en 3 o 4 revistas virtuales:En Quintadimensión de Argentina, en Velero25 por Carlos Saldívar, en Cosmocápsula por David Pérez…

Literatura fantástica, ciencia ficción y teología

EH: ¿Por qué estableces una relación entre cf y teología?

RC: Es una tesis que voy a demostrar algún día, en el futuro… La noción surgió de dos textos disímiles. Un texto crítico que le leí a C. S. Lewis y un texto crítico de Borges. Borges se hizo famoso con aquella aseveración que teníamucho de broma y de verdad, que señala que la filosofía y la teología son variedades de la literatura fantástica. Decía Borges:“Platón y Santo Tomás de Aquino, el uno filósofo y el otro teólogo, creían estar haciendo filosofía el uno, teología el otro y ambos estaban haciendo literatura fantástica y no se daban cuenta…” En un cuento clásico: “Utopía de un hombre que está cansado” de Borges, que está enEl libro de arena, hay un momento magnífico que trata de un hombre de una civilización del futuro, uno le dice al otro:“¿Tú cuántos libros tienes?”. El otro contesta:” Solamente tengo dos libros de literatura fantástica y uno de ellos es la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino” (risas). Borges en ese momento era consecuente con esa idea… Durante un tiempo empecé a ver la filosofía de ese modo: Platón, Nietzsche o Marx eran escritores fantásticos, lo mismo teólogos comoBultmann, el cardenal Newman o Santo Tomás de Aquino eran escritores de literatura fantástica… Un día estuve leyendo los textos críticos de C.S. Lewis, una compilación sobre ensayos de literatura fantástica. En uno de ellos, dice algo así como “porque ala hora de la verdad, mi amigo Tolkien y yo estamos convencidos de que la literatura no es sino una variedad del evangelio, no es otra cosa. Y cualquier literato, sin darse cuenta, está predicando el evangelio”. Esa idea contradice totalmente la de Borges: toda la filosofía y teología serían literatura fantástica; para Lewis, todo escritor, así no crea en Dios, es un evangelista y predica el evangelio. Me puse a leer más. Claro que hay razones para creerle a Lewis y suponer que el equivocado es Borges: Lewis insiste en que lo fundamental de la literatura fantástica es que se enfrenta con lo sobrenatural. La literatura realista, como dijimos en el coloquio, se caracteriza por demostrar que solo hay naturaleza, naturaleza y más naturaleza, y que si uno ahonda en la naturaleza lo que va a encontrar es más naturaleza. Si uno ahonda en el mundo de lo atómico o subatómico, lo que va a encontrar es una serie de fenómenos raros, quarks o cuantos, que son fenómenos naturales. Si ahonda a nivel macro, hacia arriba, lo que va a hallar es galaxias y aún más allá se topará con la teoría de cuerdas o la de múltiples universos paralelos, cosas sin duda impresionantes, pero que son naturaleza. La literatura realista parte de la noción, al igual que la modernidad, de que solo hay naturaleza y más naturaleza, que eso es todo. Frente a eso siempre ha existido en los hombres la idea de que“¿y qué tal si además de la naturaleza hay otra cosa?” Una transnaturaleza, una extranaturaleza, subnaturaleza, supranaturaleza o sobrenaturaleza, como quiera llamarla, pero algo que indicaría que no solo hay naturaleza, sino otra cosa. De ese supuesto partiría la literatura fantástica. Hablar de un demonio es hablar de alguien que viene de afuera de la naturaleza, alguienextranatural que nos invade a nosotros los naturales; cuando se habla de un ángel se habla de un ser extranatural. Sean Dios o el Diablo, o una figura como las de Lovecraft, siempre es ese el concepto. En la literatura fantástica –dice Lewis– late una idea increíble: nuestra naturaleza, con todo lo gigantesca que es, con todas sus galaxias y agujeros negros y nebulosas, sólo es un grano de arena de una cosa más grande que es lo sobrenatural y esa cosa más grande que lo natural a veces nos invade, a veces sí y a veces, no… ¿De qué trata la teología? Básicamente es un discurso no científico que trata de mostrar cómo lo sobrenatural se instala en lo natural. La revelación, sea islámica, judía o cristiana, habla de Dios, Yahvé, Alá, el que sea, que de alguna manera se ha revelado al orbe natural. Trata de alguien de afuera, de lo extranatural, que se ha dejado ver en el mundo natural… la teología trata de explicar cómo lo extranatural invade el orden natural. Ahora, si se mira bien, de eso mismo trata la literatura fantástica, ¿de qué habla? Habla de teología, pero con símbolos, no con conceptos. Cuando lees a Bultmann, teólogo alemán del siglo XX, trata de analizar el evangelio con unas categorías filosóficas absolutamente claras, articula un discurso puramente conceptual donde no caben las metáforas ni las analogías o símbolos. Eso es filosofía (y teología). La literatura fantástica estaría en un escritor del tipo Tolkien, que dice lo mismo que Bultmann, pero en vez de conceptos usa metáforas, símbolos, alegorías, poesía. Pero ambos hablan de lo mismo. Si esto es así, la literatura fantástica sí sería una rama de la teología, pues enfrenta al hombre el problema de lo sobrenatural con símbolos, no con conceptos como lo hace la teología. Me llama la atención que cuando empiezo a leer a los escritores fantásticos con esa clave, veo una religiosidad latente en todos ellos, incluso hasta en los ateos. Arthur C. Clarke fue agnóstico, sin embargo sus obras hablan de la invasión de lo trascendente en este mundo… Cuando leo a P. K. Dick, él es gnóstico y tras una crisis religiosa se convirtió al catolicismo, pero eso es consecuente porque toda la obra de Dick es religiosa, gnóstica, o está en clave cristiana. Esta tesis, como es obvio, es debatible, pero hoy creo que allí hay un hecho que se opone a las tesis de Borges y que más bien les da la razón a Tolkien-Lewis…

EH:¿Por qué incluyes la cf en lo fantástico?

RC:DarkoSuvin trata de demostrar que la cf es superior a la literatura fantástica y al terror porque la cf tiene una capacidad crítica que no tienen la literatura de terror, las leyendas folklóricas, o variedades de la literatura fantástica que no entran en la cf; pero el libro de Suvin plantea una idea que no es cierta: que la cf es la reina de la literatura fantástica y el género más serio de ella, lo que es absurdo… Cuando leí a Borges, yo tenía la tara de Suvin: creía que la cf es la reina, que el terror es alienante. Suvin dice que el terror es una literatura menor… Borges, en cambio, dice que la cf es un género menor de la literatura fantástica, que Kafka es mucho más interesante que Verne. Serían más interesantes ciertas alegorías medievales que la cf contemporánea, porque la cf tiene una tara: trata de explicar cosas, aclarar porqué ocurre todo. En oposición a eso, la literatura fantástica no pierde tiempo tratando de proporcionar explicaciones, simplemente te suelta el hecho fantástico y te hace abrir la boca. La cf pierde mucho tiempo tratando de explicar el porqué las cosas son así, esa es la razón por la cual para Borges, alguien como Verne es inferior a Wells, porque Verne cuando habla de un artefacto pierde páginas enteras tratando de explicar la plausibilidad técnica y científica; en cambio Wells dice que hay una máquina del tiempo, ¿cómo es eso, cómo se creó? No pierde tiempo en esas minucias. Donde la cf va en busecito, la literatura fantástica va en jet. Por eso decía Borges, al contrario de Suvin, que la literatura fantástica es superiorporque no apela a la plausibilidad científica o técnica. Desde que leí eso, he tendido a verlo desde este ángulo. Está además la influencia de Rebetez. Conocí a Rebetez en el 96 y él murió en el 2000. Alguna vez le pregunté a Rebetez cuál era su opinión sobre la literatura fantástica y la cf, y él me decía “Mira, Ricardo, antes yo era como tú, trataba de diferenciar géneros, hoy me esfuerzo por distinguir pero ya no puedo, creo que son la misma cosa”. Esa idea me influenció y comencé a verlo como Rebetez…

EH: ¿Qué piensas de la posición respecto de la cual la cfes “leída” como literatura realista, en la medida que la tecnología planteada en la ficción será posible de alcanzar en el futuro?

RC:Todorov la ve de una forma, ySuvin -en consonancia con Todorov- ve el asunto de modo parecido, pero Borges, Bioy Casares y Lewis lo ven de otra forma. Lo que noto es que por el hecho de que Todorov y Suvin son investigadores en el campo de literatura brutalmente racionalistas y esquemáticos, eso les gana prestigio entre los académicos. En cambio, Borges, Bioy Casares o Lewis que eran poetas y narradores, vieron el problema de otro modo. En el mundo académico pareciera que da más prestigio citar a Todorov y Suvin, que acogerse a una posición de autores que desde otra perspectiva no lo vieron así: Borges, Bioy, Lewis o Tolkien. Tolkien también es sistemático, tiene un libro en el que responde sobre qué es la fantasía y él lanza su hipótesis según la cual, todos los textos de la literatura fantástica no son sino variaciones del evangelio como, en últimas, todo texto fantástico cuenta lo que cuenta la Biblia. Luego Tolkien se viene con una serie de ejemplos y demuestra que esos textos siguen al antiguo o nuevo testamento, y de ahí sale con esa tesis atrevida: “todo texto fantástico, bien leído y decodificado, no es sino un pequeño evangelio…” Lo que dice Tolkien es totalmente opuesto a Todorov y Suvin. El problema del lector es a quién le va a creer. Está la posición uno: la formalista-estructuralista deTodorov-Suvin;la posición dos: visión evangélica de la literatura fantástica deTolkien-Lewis;y la posición tres: visión agnóstica, puramente lúdica de Borges-Bioy Casares. Usted tiene que escoger entre las tres. Personalmente, le creo a Tolkien-Lewis y me resultan fascinantes las de Borges-Bioy Casares. Estos últimos señalan que la literatura fantástica es un juguete, entonces ¿por qué tenemos que meterle tanta cosa a un juguete? Leámosla como lo que es, un juguete pero para niños grandes…

EH: ¿Cómo definirías entonces lo fantástico?

RC: Lo fantástico es aquello que nos pone en contacto con lo que no es natural…

EH: ¿Cómo se “construye” eso que no es natural?

RC: (risas) Es una pregunta muy difícil…Lewis tiene un libro llamado Milagros, en donde explica qué es un milagro y cómo funciona. El milagro depende de quien lo presencia; si eres agnóstico, así ocurra una resurrección frente a tus narices, dirás no es un milagro porque el marco no te permite ver eso, pero si crees en lo sobrenatural podrás creer más fácilmente en un milagro. Lewis dice que el milagro depende del marco de lectura. Tú eres agnóstico o ateo, tienes un marco de lectura para leer el mundo; si eres creyente ya sea islámico, judío o cristiano, tienes un marco de lectura distinto. Para el creyente es más fácil aceptar el milagro que para el no creyente. Un milagro es la irrupción de lo sobrenatural en lo natural. Solo lo puede aceptar alguien que crea en Dios porque él va a aceptar que existe algo extranatural, en cambio el agnóstico o ateo sostiene que todo es naturaleza y que todo a la larga puede reducirse a naturaleza, razón por la cual si un agnóstico ve que se levanta un muerto dirá “vamos a buscar las razones físico-químicas o materiales que determinan ese fenómeno tan curioso de la resurrección…”El marco o paradigma de lectura determina lo fantástico. Cuando es usted creyente, es fantástico estar aquí tomando un café, es sobrenatural. Decía Santa Teresa de Lisieux, cuando crees en Dios es un milagro caminar, ver que los árboles crezcan, tener manos; si eres agnóstico, no. Zolá, que era agnóstico, decía que no creería en milagros incluso si un muerto se levantase frente a él… Lo fantástico es aquello que en un momento de la historia y cultura se considera que trasciende el orden natural. Lo fantástico es lo trascendente, la literatura realista es totalmente inmanente, considera que no hay un más allá, que todo es naturaleza, que no hay un más allá que salte este orden. Para la literatura realista, no hay un metaorden o metauniverso. En contraste, lo sobrenatural admite el metauniverso y que a ratos el metauniverso ataca al universo…

EH: Podemos concluir que todos los estudiosos de lo fantástico son místicos…

RC: Claro que sí, usted también, solo que no se ha dado cuenta (risas)

EH:¿Crees que lo fantástico tiene un discurso político soterrado?

RC: Claro que sí, el más poderoso que todos, porque subvierte la más grande mentira que existe en el universo, que es la naturaleza. Por poner un ejemplo diría que al lado de la literatura fantástica, tanto el marxismo como los filósofos de la sospecha son un chiste. Es más subversiva cualquier historia de la literatura fantástica que Nietzsche, Marx o Freud, porque ellos no subvierten la realidad tanto como suponen… En las escuelas de filosofía, se llama “ filósofos de la sospecha” a esos 3 grandes pensadores que fueron Marx, Freud y Nietzsche, porque sospechan de la realidad del mundo y de toda la tradición previa. Después de la obra de Marx, se cayó todo, al igual que sucedió con las obras de Freud y Nietzsche… Curiosamente, el menos sistemático de los tres no se hundió… Hoy se ve a Freud como un fósil, al igual que el marxismo, en cambio Nietzsche promovió la posmodernidad y la ultramodernidad, es decir, el mundo actual. Es un hombre del siglo XXI viviendo en el XIX. Cuando uno lee a Nietzsche se da cuenta que este es el mundo que predijo y él lo sintió antes que nadie. Marx y Freud fallaron, y Nietzsche, que era ultradesordenado, sigue vigente…

EH: Tengo la impresión de que en los últimos diez años hay una revisión de las historias de las literaturas nacionales interesadas en lo que podríamos denominar en términos generales, lo marginal, como es el caso de lo fantástico…

RC: Tiene toda la razón. Este el momento para eclosionar, salir del huevo, de la mina y ver la luz… por una razón simple: el interés. Hay que recordar algo elemental que a algunos escritores se les olvida. Un escritor sin un lector es una nada. El escritor necesita al lector. ¿Qué haría un escritor sin lector? Perdido totalmente. Escritor-lector son un binomio, dos caras de una misma moneda. Solo hay escritores que salen de la marginalidad cuando hay nuevos lectores, razón por la cual hay que educar a lectores… Cuando uno lee cómo eclosionó la cf en Estados Unidos, todos los sociocríticos coinciden en que antes que cualquier otra cosa, las revistas de cf y el comic norteamericano eclosionan en una sociedad en donde había una enorme cantidad de lectores buscando obras de fácil entretenimiento, donde había una inmensa masa de lectores que no querían leer la gran literatura norteamericana o mundial. Es decir, esos lectores no estaban interesados en Whitman, ni Proust, ni Joyce ni Kafka. Querían leer algo entretenido. Como existía esa demanda del mercado, aparece la oferta y se multiplican los escritores anglosajones de lo fantástico, pero porque hay primero un público lector. En Colombia, como en Latinoamérica, ocurrió lo contrario: los escritores se han adelantado a sus lectores. Entonces uno escribe sin lectores, pero lo chévere es que en Latinoamericaestá sucediendo con un siglo de retraso, lo que sucedió en EE.UU. Está creándose una conciencia crítica de los lectores. Cuándo me iba a imaginar yo que alguna vez volvería a la Universidad Nacional de Colombia a hablar con un grupo de chicos que se reúne a leer cf. Ahora existe esto, son 20 o 25 chicos, son pocos. A ellos yo les decía:“Hace 20 años yo estudiaba aquí y estaba solo, a nadie le interesaba esto. Vuelvo veinte años después y veo que tiende a crecer…” Hay chicos en la Universidad Los Andes, en la Javeriana, hay público. Cuando tenemos público se puede dar el siguiente paso… Entre más público haya, al género le irá mejor; cuando surge lademanda surge la oferta… Para que haya buenos escritores debe haber una suficiente masa crítica de lectores; en nuestros países todavía no había masa crítica, pero parece que los lectores están a punto de conformar la masa crítica para dar el siguiente paso… Lo fundamental es cultivar lectores, que ya está sucediendo… Me emocioné mucho cuando me invitaron, no tanto la universidad ni la escuela, sino un grupo de estudiantes, nos reunimos en la biblioteca, es una iniciativa estudiantil… El otro punto es que internet está posibilitando algo que no se podía hacer, es la interconexión de todo el público hispanohablante. Hoy en día una revista de ciencia ficción como Cosmocápsula está siendo leída más afuera que adentro, tiene un núcleo de seguidores. Internet de acá al futuro es la clave, porque permite que los lectores interesados en el género puedan nuclearse, asociarse, antes no se podía hacer eso, ahora sí, y eso va a tener consecuencias…

Elton Honores. Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su principal campo de investigación es la literatura fantástica. Publica y participa como ponente en diversos medios y eventos académicos nacionales e internacionales. Ha publicado Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana (Lima: Cuerpo de la Metáfora Editores, 2010. 255 pp) y es coantologador de Los que moran en las sombras. Asedios al vampiro en la narrativa peruana (2010). Actualmente concluye estudios de Maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana en la UNMSM. Es director de la Revista de Literatura Tinta Expresa y profesor en la Universidad San Ignacio de Loyola, en Lima.

¿Por qué promuevo la ciencia ficción en el Perú? (Carlos E. Saldívar)



¿Por qué promuevo la ciencia ficción en el Perú?



(Carlos Enrique Saldívar)


Nunca me he puesto a pensar en ello seriamente. Creo que para mí es algo natural, como leer o escribir. ¿Por qué promover precisamente la ciencia ficción en nuestro magullado país? ¿Por qué no promover otros géneros como el policial o el terror que en nuestra sociedad podrían tener una mayor aceptación? Bueno, de algún modo difundo también estos dos géneros en mi revista Argonautas de fantasía, misterio y ciencia ficción, editada en papel. Pero volviendo a la pregunta esencial, podría dar «la gran respuesta» y librarme de infinitas reflexiones: porque si yo no lo hago, quién lo va a hacer. Este palabreo no es justo pues, así como yo, existen varios peruanos que son constantes e importantes difusores del género fantástico y la C-F en nuestro país: Daniel Salvo, administrador del blog Ciencia Ficción Perú, Víctor Pretell, director de la revista virtual Velero 25 (que junto a la gente de Coyllur, viene editando desde 2003), José Güich Rodríguez, conocido escritor de ficciones fantásticas y especulativas, Elton Honores, notable estudioso de estos géneros tan deliciosos, entre otras respetadas personalidades. De modo que no soy el único y podría responder a la pregunta básica de esta manera: promuevo la ciencia ficción en el Perú porque no estoy solo en esta encomiable labor, porque me encanta leer ciencia ficción y, aunque he repasado todos los demás géneros literarios una y otra vez, siempre retorno a la C-F. Porque la ciencia ficción es un género hermoso, inteligente, lleno de habilidad e imaginación. La C-F ha sido el género del siglo XX, no lo olvidemos. Promuevo la ciencia ficción en el Perú porque me gusta escribir ciencia ficción, me siento cómodo haciéndolo, feliz, puedo extrapolar las ideas más alucinantes y desarrollarlas con gracia e, incluso, consigo entretener al lector. Es un género que exige una preparación científica previa, claro, pero el escritor debe chambear, ¿o no? Solo así se consigue un producto de calidad en un país donde prima la cantidad. Promuevo la ciencia ficción porque es emocionante, interesante y está en todas partes: en el cine, en los cómics, en las canciones, en los videojuegos, en la realidad que vivimos día a día, somos parte de los cuentos que se narraban antaño y entramos a formar parte de un nuevo mundo donde la tecnología alcanzará metas insospechadas, de las cuales, espero, formemos parte los seres humanos. Porque la ciencia ficción es un género inagotable, ¿acaso un día podremos establecer contacto con un alien, visitar otros planetas, caer dentro de un agujero negro, descubrir de que está hecha la materia oscura, el alma, la esencia de Dios? Promuevo la C-F porque puedo tratar los problemas más antiquísimos a modo de cuento de hadas. Porque puedo criticar las ideologías, los gobiernos, a los seres humanos, sin caer en el facilismo de la mera exposición, sino en la complejidad de la obra de arte simbólica y, a la vez, contundente. Porque confío en el futuro y al mismo tiempo desconfío del porvenir. Porque siempre he tenido en mente que la ciencia hace al hombre y la fe, a la raza humana. Porque mi vida está ligada a la C-F, porque yo soy ciencia ficción, soy increíble, improbable. Porque vivo pensando en lo que vendrá dentro de cinco minutos. Porque mientras más escribamos y más leamos C-F, tendremos una mínima oportunidad de no sumirnos en la ignorancia y el olvido. Esa es la razón, queridos amigos, por la cual promuevo la ciencia ficción en el Perú.

Lima, febrero de 2010

Publicado originalmente en la revista Literalgia, número 3.

Carlos Enrique Saldivar (Lima, 1982). Bachiller en Literatura por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Narrador y poeta. Se dedica a la escritura de relatos de diverso género con predominio de la fantasía, el horror y la ciencia ficción. Es director de la revista impresa Argonautas de fantasía, misterio y ciencia ficción que nació en noviembre de 2006. Ha publicado relatos en la revista Argonautas. También ha publicado cuentos en la revista virtual Velero 25 y en la página Ciencia Ficción Perú. Ha publicado los libros Historias de ciencia ficción y Horizontes de fantasía y prepara las ediciones de nuevas revistas vinculadas al campo de lo fantástico.

Actas del Coloquio Internacional "Lo fantástico en la literatura y el arte en Latinoamérica" 2009


Actas

Coloquio Internacional

Lo fantástico en la literatura y el arte en Latinoamérica

Coloquiofanperú2009

Ponencias y conferencias magistrales

El lamparero alucinado ediciones

Lima, octubre de 2010

Todas y cada una de las ponencias del Coloquiofanperú2009 no tienen desperdicio. Ya sea sacando a la luz algún autor olvidado o reflexionando en torno a la manera en que hemos asumido lo fantástico en esta zona del mundo, las ponencias nos abren las puertas a verdaderos nuevos mundos, no mejores ni peores que los que nos ha hecho conocer el realismo, pero sí muy sugerentes y seductores. Más allá de la novedad, aparece una senda alternativa que nuestra literatura ha seguido casi en la sombra, como esperando su momento para salir a la luz y tomarnos por sorpresa.

En buena hora, el esfuerzo de los investigadores de lo fantástico que participaron en el Coloquiofanperú 2009 no ha quedado tan sólo en el recuerdo de los que asistimos: la iniciativa ha sido recogida en su totalidad en este volumen que muy pulcramente ha editado El lamparero alucinado.

¿Qué puede encontrar el lector a lo largo de estas ponencias? Algunas de ellas nos remiten a Jorge Luis Borges y su inocultable influencia en el quehacer fantástico (Mora, García). Borges nos recuerda que lo fantástico no son solo dragones y vampiros, sino también las arquitecturas ominosas o las elucubraciones de un grupo de alucinados. O el paso de un universo a otro (Güich) de la mano de otro grande de la literatura fantástica: Adolfo Bioy Casares. Aunque a veces no es necesario salir de este mundo para encontrar una realidad duplicada, aún si los duplicados somos nosotros mismos (Motato, Vega).

Cuando no duplicados, igual podemos convertirnos en monstruos, como lo demuestra el estupendo cuento de María Tellería Solari La apoteosis de la maestra (Cuya Nina), o en aterradores fantasmas (Espinoza, García). Peor aún cuando insistimos inútilmente en seguir siendo humanos comunes y corrientes que luchan contra las criaturas desafiantes de un universo que se parece haberse quedado sin leyes (Wurst).

La ciencia ficción no podía dejar de estar presente, con la más que grata sorpresa que ha sido el redescubrimiento de un cuento apocalíptico, El tiempo del fin, del autor Manuel Mejía Valera (Honores). Así mismo, no podemos dejar de reflexionar en torno a los orígenes del género y los orígenes del ser humano, así como su finalidad en el mundo. ¿Criatura o demiurgo? (Sánchez).

Los superhéroes, tan denostados por cierta perspectiva, más que cultural, “culturosa”, saltan del mundo al que se les quiso confinar y se adentran de lleno en nuestra latinoamericanidad, abriendo así una veta de exploración en otro de los tantos aspectos soslayados de nuestra cultura, que amerita un coloquio aparte (Rabí).

Las ponencias de contenido altfdamente especializado no impiden su degustación por parte de quienes no hemos seguido estudios regulares sobre teoría literaria. Ramos nos ofrece un estudio de la generación del cincuenta en relación al microrrelato. Kurz contribuye a precisar lo que se entiende por “fantástico” desde nuestra latinoamericanidad. La ponencia de Carlos Calderón Fajardo, Lo gótico y lo neo-gótico en la literatura peruana, debería formar parte del syllabus de nuestras facultades de literatura. De manera obligatoria.

Por último, el maestro español David Roas, con su sustanciosa ponencia sobre Edgar Allan Poe, nos recuerda que, sin él, este género(el fantástico) no sería el que ahora conocemos.


Daniel Salvo

miércoles, 6 de octubre de 2010

Presentación del libro "Mundos imposibles" de Elton Honores




Cuerpo de la metáfora Editores invita a toda la comunidad a la presentación del libro Mundos imposibles. Lo fantástico en la narrativa peruana,del profesor universitario e investigador, Elton Honores.


La presentación será en el marco del Coloquio Internacional: Lo fantástico diverso, el día viernes 22 de Octubre, a las 17: 30 pm, en la sede del CELACP, ubicado en Av. Benavides 3074, La Castellana – Miraflores, cerca al Óvalo de Higuereta. Teléfonos: 449 0331 - 216 1029.


Los comentarios estarán a cargo de José Güich, José Donayre y Ricardo Burgos.


Agradecemos gentilmente su asistencia.

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Editores



Sobre el autor:

Elton Honores. Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su principal campo de investigación es la literatura fantástica. Publica y participa como ponente en diversos medios y eventos académicos nacionales e internacionales. Actualmente concluye estudios de Maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana en la UNMSM. Es director de la Revista de Literatura Tinta Expresa y profesor en la Universidad San Ignacio de Loyola, en Lima.

El ensayo de Elton Honores, supone una aportación decisiva para la historia de lo fantástico en la literatura peruana, donde el realismo siempre ha sido asumido como una propiedad esencial de la misma. Centrado en la década de los 50, y sin negar el paradigma realista dominante en el periodo estudiado, este ensayo revela la riqueza de la narrativa fantástica peruana a partir del examen detallado de la obra de cuatro excelentes autores: Luis Loayza, Luis Felipe Angell, Edgardo Rivera Martínez y Alfredo Castellanos (…) Un estudio, en definitiva, imprescindible no sólo para conocer la obra de algunos de los autores fantásticos más sobresalientes, sino también para adentrarnos en una parte decisiva, poco conocida y fascinante de la historia de la literatura peruana.

David Roas

Universidad Autónoma de Barcelona