"Ominosus. Una recopilación lovecraftiana". Así se titula esta selección de tres relatos publicada en e-book por la exquisita (no se me ocurre otro término) editorial Fata Libelli, a un precio ridículamente bajo, teniendo en cuanta la diagramación del e-book y el trabajo de traducción desplegado. Bien ahí, como decimos en el Perú.
Las colaboraciones, reelaboraciones, homenajes y similares en torno a la riquísima mitología creada por H.P. Lovecraft desbordan la capacidad de lectura de cualquier lector y, me atrevería a decir, en cualquier idioma. Téngase en cuenta que en vida del propio Lovecraft, escritores de la talla de Clark Ashton Smith escribieron relatos que forman parte de los "Mitos de Cthulhu".
"Ominosus" demuestra que el paso de los años cambia nuestra perspectiva y nuestras espectativas respecto a lo que deberíamos esperar de un relato "lovecraftiano". Los tres cuentos publicados por Fata Libelli distan mucho de ser narraciones escritas "a la manera de Lovecraft", que en ocasiones, no han sido sino meras reescrituras de historias tópicas, limitándose algunos autores a trasladar los mitos, o sus monstruos, a geografías y tiempos aparentemente distintos de Arkham o Dunwich, pero que en última instancia, no son otra cosa que nuevas versiones de lo mismo, aunque no por ello carentes de interés.
En cambio, las tres historias de "Ominosus" se alejan de los moldes clásicos del terror, pues han sido redactadas en un estilo mas bien reflexivo e intimista que no deja de ser inquietante, pero que no tiene como objetivo principal generar el susto o el asombro del lector. Al contrario, pueden leerse como reflexiones lovecraftianas en torno a temas como el racismo, la feminidad o qué es lo que entendemos por civilizacion.
El primer relato, "Shoggoths en flor", de Elizabeth Bear, tiene lo que ofrece el título y más. Los shoggoths existen, son lo que siempre se ha afirmado sobre ellos (criaturas creadas por los Grandes Antiguos para servirlos, informes y de inteligencia limitada). Pero, dado que sus amos duermen... ¿a qué dedican su existencia? ¿qué harían si fueran libres? Esas y otras preguntas son planteadas - y acaso resueltas - por el protagonista, un científico afroamericano quien observa en la historia de los shoggoths elementos similares a la suya, a saber, un pasado signado por la esclavitud de sus ancestros y el racismo que percibe contra sí mismo incluso en la actualidad.
El segundo cuento, "Casas en el mar" de Caitlin R. Kiernan, juega a atacar los convencionalismos lovecraftianos en torno al género. Sabemos que en el universo lovecraftiano apenas existen personajes humanos definidos, menos aún, mujeres. ¿Es posible una feminidad lovecraftiana? Las "casas en el mar" aluden a vestigios que, en el relato, son evidencias de ciudades submarinas. La protagonista principal comienza por interesarse en estas casas para luego pasar a convertirse en una suerte de sacerdotisa o emisaria de algún culto antiguo, dando muestras de conocimientos y facultades inusuales. ¿Es lo que se espera de ella, incluso dentro del universo lovecraftiano? ¿No debería dedicarse a servir, simplemente, como se supone hace cualquier "mujer decente", lovecraftiana o no? Doblemente inquietante.
Por último, "El don de la oportunidad" de Laird Barron, de cuidado lenguaje, es el relato que más aparenta ser una historia de terror convencional. Un grupo de leñadores se pierde en un paraje rural, para encontrarse con un poblado de lo más extraño: no hay hombres ni niños a la vista, unicamente mujeres. Y en el centro del poblado hay una construcción extraña, de arquitectura insólita, por decir lo menos. Dos leñadores se han perdido y las mujeres del poblado parecen saber algo. La clave está en el edificio y lo que oculta, evidentemente. Pero más allá de eso, el relato juega a ser un espejo, puesto que su desarrollo nos lleva a un final en el cual podría ser que son mas bien los leñadores quienes se han convertido en una amenaza para el "pacífico" pueblo lovecraftiano (buen detalle el precisar el estado impecable de los caminos y las viviendas). La idea de fondo sería que, de haberse concretado la invasión de los monstruos, estos dejarían entonces de ser una amenaza, por lo que el paso siguiente sería la generación de núcleos urbanos en torno a la monstruosidad. ¿Se puede coexistir, convivir, urbanizar con lo monstruoso?
Del asombro y el horror, los mitos de Cthulhu pasan a lo cotidiano y reflexivo, que no decadente. .Historias para pensar, y mucho.