miércoles, 23 de marzo de 2011

Horizontes de fantasía (Carlos E. Saldívar)




Horizontes de fantasía

Carlos E. Saldívar


Reseña de: Jack Flores Vega


¿La Fantasía como personaje central? ¿La Fantasía como eje temático? Es a lo que parece apostar este libro de relatos que engloba las posibilidades y las variedades de este recurso del que se vale todo aquel que hace arte con la palabra. Desde el Mahabarata o el Ramayama hasta los cuentos de Andersen y Cortázar, la fantasía ha dado muestras de ser maleable y moldeable a la sensibilidad del creador. Quizás poco se ha hablado —y comparado— de la fantasía desmesurada del Ramayana o la fantasía conmovedora de Andersen o la fantasía perturbadora de Cortázar o Borges. El estudio sería interesante. Y es que el libro Horizontes de Fantasía de Carlos Saldívar, compuesto de 16 relatos tiene en común algo sobresaliente: la fantasía. Una fantasía sui generis; la puerta entra por la ventana o la ventana sale por la puerta, el robot no es robot sino otro ser, el narrador del cuento se mete en el cuento y solo así puede darle el final deseado; un toro aparece sentado frente a la ventana del narrador que está en su cuarto; un hombre que al entrar al mar ve sus piernas convertida en cola de pez; un cuento que cuenta su historia, etc. ¿Cómo catalogar la fantasía de Carlos Saldívar? Quizás si nos aproximamos a una teoría de lo fantástico podemos ir rodeándola y encontrarles un lugar. Tzvetan Todorov, conocido estudioso del género, diferencia tres categorías dentro de la ficción no realista: lo maravilloso, lo insólito y lo fantástico. Según él si el fenómeno se explica al final de forma racional estamos en lo insólito, si no se explica estamos en lo maravilloso, y aquí le da lugar a los cuentos de hadas, de brujas, etc. Pero lo fantástico, para Todorov, viene a caber entre lo insólito y lo maravilloso. Es la duda, dice, entre una explicación racional e irracional. Lo fantástico vendría a ser el tiempo de incertidumbre hasta que el lector opte por una de ellas. Si nos valemos de esta teoría, habría que poner la fantasía de Saldívar en lo maravilloso… hasta encontrar una explicación racional. Una muestra: el relato Una nueva historia trata del narrador que empieza a contar una historia de niños que lloran. Ellos se alejan de sus hogares por el campo y al caer la noche ya no pueden regresar; los niños empiezan a llorar. La luna se compadece de ellos y los hace dormir. El sol, al amanecer, les ayuda a encontrar el camino. Los niños llegan a su hogar, solo que al buscar a sus padres no los encuentran: solo hay unos ancianos que no los reconocen. Los niños vuelven a llorar. Había pasado mucho tiempo. Todo era diferente. El relato, se podría pensar, que es un típico cuento de hadas, pero no lo es; no tiene el tono ni las características de un cuento lúdico, sino versa, mas bien, sobre el tiempo… y la fantasía; la fantasía que en otros relatos es mucho más compleja. Por eso, tal vez sea necesaria otra lectura —y otra teoría— para captar las distintas miradas de lo maravillo que hay en los relatos de Horizontes de Fantasía de Carlos Saldívar. El reto está lanzado. Leámoslo.

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